
"¡Qué bonito! ¡Qué magnífico gesto! ¡Qué gran corazón! No puedo callarlo. Hace algunos días, me pidieron si conocía a alguna mujer que pudiera atender y cuidar a una señora muy mayor, durante 8 horas diarias. Me puse en contacto con Cande, que tiene dos hijos de 8 y 7 años, está en paro hace tiempo y en este mes dejaría de cobrar una prestación. Acudió a la cita, llegaron a un acuerdo, pero le dijo: "señora, acepto y le agradezco, pero le ruego que me permita compartir este trabajo con mi vecina Rosa, que también está en paro y tiene dos niños como yo, al menos, tendremos algo las dos". Cada una atiende a la anciana 4 horas diarias. ¡Como se cumple uno de los lemas de Cáritas!: "Comparte, incluso lo necesario".
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