Objetivo General: SER DISCÍPULOS Y MISIONEROS, AQUÍ Y AHORA
Gran Dirección de Marcha: LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
¿Un nuevo Evangelio?
Por tanto, Nueva Evangelización no por el Evangelio, que sigue siendo el mis-mo, sino porque nuevo es el contexto en que vivimos. El proyecto pastoral de la Diócesis quiere ser una respuesta consciente y eficaz para atender las exi-gencias del mundo de hoy, con indicaciones programáticas concretas, ob-jetivos claros y evaluables, líneas de acción y la búsqueda de los medios necesarios, que permitan que el anuncio de Cristo llegue a las personas, mo-dele las comunidades e incida profundamente, mediante el testimonio de los valores evangélicos, en la sociedad y en la cultura.
Por tanto, Nueva Evangelización no por el Evangelio, que sigue siendo el mis-mo, sino porque nuevo es el contexto en que vivimos. El proyecto pastoral de la Diócesis quiere ser una respuesta consciente y eficaz para atender las exi-gencias del mundo de hoy, con indicaciones programáticas concretas, ob-jetivos claros y evaluables, líneas de acción y la búsqueda de los medios necesarios, que permitan que el anuncio de Cristo llegue a las personas, mo-dele las comunidades e incida profundamente, mediante el testimonio de los valores evangélicos, en la sociedad y en la cultura.
Los católicos de estas islas tenemos que asumir plenamente que nuestra si-tuación, en esta segunda década del siglo XXI, continúa siendo de misión. Misión que ha de apoyarse y llevarse adelante desde el encuentro gozoso con Jesús vivo, que nos invita a comunicar con humildad pero con franqueza (pa-rresía) el tesoro hallado. Llevamos este tesoro de la fe en vasijas de barro. Pero sigue siendo un tesoro y por ello resuena en nosotros la Buena Noticia de la salvación. ¡Anunciamos a Jesucristo! Si a nosotros esto no nos hiciera felices, ¿cómo podríamos hacer llegar a los demás su encanto? Nos urge, pues, reavivar el coraje misionero que hemos recibido como don del Espíritu Santo, priorizar el objetivo de la evangelización, dejarnos evangelizar más plenamente también nosotros, devol-ver el atractivo que conserva nuestra fe y nuestra Iglesia, “casa y escuela de comunión, […] si queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las esperanzas profundas de las mujeres y hombres”. Este es el reto.
Somos requeridos a un trabajo cordial y entusiasta de renovación de lo que hemos heredado y ha perdido su vigor o ha desvirtuado su fundamento, al mismo tiempo que a la edificación de una obra nueva, a una creativa propues-ta de cara al futuro. “Es necesario un nuevo impulso apostólico que sea vivido como compromiso cotidiano de las comunidades y de los grupos cristianos”. Por consiguiente, consideramos que la apuesta decidida por una pastoral misione-ra, con todas las consecuencias que esto conlleva, se constituye en la tarea prioritaria de nuestra Iglesia diocesana.
Optar por una más incisiva evangelización nos pide, por una parte, prestar atención al ser humano de hoy; mirarlo con los ojos de Dios, es decir, con amor; acoger su cultura, lo que vive, siente y piensa. Se trata de integrarnos en la gran corriente de encarnación que arranca de Jesús, hecho en todo igual a los hombres excepto en el pecado y que vino al mundo para salvarlo. Y nos reclama, por otra parte, tener siempre activada nuestra vivencia de Jesucristo y de su Evangelio, de manera que aflore fácilmente a nuestros labios, y que en todo momento estemos siempre a punto de ofrecer una respuesta a quien nos pida dar razón de nuestra esperanza.
Escucha la entrevista en El Espejo al Vicario General, Antonio Pérez. Ir a descargar
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