

En este sentido, se pudieron contemplar ‘los pasos’ de una importante imaginería ubicados de tal forma que hicieran visible las quince estaciones de un Via Crucis basado en el que el beato Juan Pablo II realizara en el Coliseo de Roma. El mismo comenzaba con el episodio de la entrada de Jesús en Jerusalén y finalizaba con su resurrección.
La iniciativa comenzó a las puertas del Obispado con un sencillo acto en el que se explicó la jornada por parte de representantes de la diócesis, la junta de Hermandades y Cofradías, el arciprestazgo y la representante municipal.
Durante la jornada se realizó una exposición permanente del Santísimo en la iglesia del convento de las Claras y se ofertó la posibilidad de recibir el sacramento del perdón en la iglesia del hospital de dolores.

En la tarde, en un tono más solemne, numerosos devotos volvieron a recorrer la calle de S. Agustín realizando un Vía Crucis penitencial, en el que a tuvieron una participación activa las hermandades y cofradías de la ciudad.
Una propuesta, en definitiva, enmarcada en el Año de la fe en el que se invita a las diócesis a organizar celebraciones penitenciales, particularmente durante la cuaresma.
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