Tal como se anunció en las sesiones de Formación Permanente del Clero, un grupo de sacerdotes de la Diócesis organizó una ruta por el Parque Rural de Anaga, para visitar la zona, conociendo especialmente la extensa finca que D. Jose Osuna donó a a su muerte, situada en la zona de Roque Bermejo, un escondido rincón de Anaga donde puede aún disfrutarse de los pocos parajes vírgenes que aún existen en Tenerife.
En la mañana del pasado miércoles, tras dejar los vehículos en el caserío de Chamorga, comenzó la excursión descendiendo por el barranco hasta la Playa de Roque Bermejo, para lo cual se atraviesa la finca de D. José Osuna, incluida la casa y ermita donde celebraba la Eucaristía, que aún se mantienen en pie, si bien muy deterioradas. La zona está rodeada de terrenos cultivables, a la vera un manantial natural que, en otro tiempo, constituían la base para el riego de unas fincas notablemente fértiles, hoy en estado de casi abandono. Asimismo se pudo comprobar cómo existen numerosos espacios llanos, bien resguardados, donde algunos campistas han debido pasar días de acampada y que, bien acondicionada, sería una zona ideal.
Al llegar a la playa, nos encontramos con el pequeño muelle por el cual se han embarcado en décadas pretéritas tanto los materiales de construcción con los que se han edificado las viviendas existentes en la zona, como el medio para embarcar desde allí el fruto de las cosechas que producía en su momento un lugar tan fértil.
Tras reponer fuerzas, después del baño obligatorio, comenzamos la ascención, esta vez por el camino que lleva al Faro de Anaga, desde cuya altura pudimos observar en una visión de conjunto toda la extensión de la finca, al tiempo de divisar desde allí los Roques de Anaga que se encuentran en la otra vertiente. Finalmente, tras una larga ascención, volvimos a Chamorga donde volvimos a tomar los vehículos habiendo disfrutado de una excursión inolvidable. Afortunadamente, pudimos llevarnos abundante material gráfico, tanto en fotos como en video, que nos ayuda a recordar y apreciar este lugar que D. José Osuna dejó a la Diócesis para el mayor bien espiritual posible.
Antes de abandonar el Parque Rural, tuvimos tiempo de visitar el Albergue de Anaga situado en El Bailadero, donde es posible realizar unos días de encuentro o convivencia, para grupos hasta de 40 personas, en un paraje realmente ideal.
En la mañana del pasado miércoles, tras dejar los vehículos en el caserío de Chamorga, comenzó la excursión descendiendo por el barranco hasta la Playa de Roque Bermejo, para lo cual se atraviesa la finca de D. José Osuna, incluida la casa y ermita donde celebraba la Eucaristía, que aún se mantienen en pie, si bien muy deterioradas. La zona está rodeada de terrenos cultivables, a la vera un manantial natural que, en otro tiempo, constituían la base para el riego de unas fincas notablemente fértiles, hoy en estado de casi abandono. Asimismo se pudo comprobar cómo existen numerosos espacios llanos, bien resguardados, donde algunos campistas han debido pasar días de acampada y que, bien acondicionada, sería una zona ideal.
Al llegar a la playa, nos encontramos con el pequeño muelle por el cual se han embarcado en décadas pretéritas tanto los materiales de construcción con los que se han edificado las viviendas existentes en la zona, como el medio para embarcar desde allí el fruto de las cosechas que producía en su momento un lugar tan fértil.
Tras reponer fuerzas, después del baño obligatorio, comenzamos la ascención, esta vez por el camino que lleva al Faro de Anaga, desde cuya altura pudimos observar en una visión de conjunto toda la extensión de la finca, al tiempo de divisar desde allí los Roques de Anaga que se encuentran en la otra vertiente. Finalmente, tras una larga ascención, volvimos a Chamorga donde volvimos a tomar los vehículos habiendo disfrutado de una excursión inolvidable. Afortunadamente, pudimos llevarnos abundante material gráfico, tanto en fotos como en video, que nos ayuda a recordar y apreciar este lugar que D. José Osuna dejó a la Diócesis para el mayor bien espiritual posible.
Antes de abandonar el Parque Rural, tuvimos tiempo de visitar el Albergue de Anaga situado en El Bailadero, donde es posible realizar unos días de encuentro o convivencia, para grupos hasta de 40 personas, en un paraje realmente ideal.
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