"Tenemos que luchar, acabar con el hambre es posible". Así se expresaba la presidenta de Manos Unidas, Myriam García Abrisqueta, cuando llegó a Asturias, a donde ha acudido para recibir este viernes el premio "Príncipe de Asturias" de la Concordia.
La organización, que fue fundada por quince mujeres de Acción Católica y da soporte financiero, organizativo y moral a misioneros de 64 países, celebra su 50.º aniversario. Se trata, por lo tanto, de un reconocimiento a cincuenta años de lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo, en favor de la educación y de las mujeres. Fue precisamente un grupo de ellas el que constituyó esta organización en la década de los sesenta, un movimiento estrechamente vinculado a la Iglesia católica y pionero de la solidaridad internacional.
La organización, que fue fundada por quince mujeres de Acción Católica y da soporte financiero, organizativo y moral a misioneros de 64 países, celebra su 50.º aniversario. Se trata, por lo tanto, de un reconocimiento a cincuenta años de lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo, en favor de la educación y de las mujeres. Fue precisamente un grupo de ellas el que constituyó esta organización en la década de los sesenta, un movimiento estrechamente vinculado a la Iglesia católica y pionero de la solidaridad internacional.
Manos Unidas destinará los 50.000 euros del premio « Príncipe de Asturias» de la Concordia a un nuevo proyecto para la reconstrucción de Haití, que se sumará a los once que ya financia en aquel país.
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