El 7 de septiembre, 30 feligreses partían a la península, pertenecientes a la parroquia de Santa Rosa de Lima, en Guamasa. Al día siguiente, iniciaban el camino en la Colegiata de Roncesvalles. Así, durante ocho etapas hasta llegar a Santo Domingo de la Calzada, fin del tramo que se propusieron para este año. En total fueron unos ciento noventa kilómetros de caminata.
Según los peregrinos, ayudó mucho a esta vivencia la preparación física y espiritual, así como el ambiente del camino, el resto de personas de tantos lugares de la tierra; el cuaderno del peregrino con reflexiones y oraciones; el grupo; los lugares, ciudades como Pamplona o Logroño y pequeños y acogedores pueblos. Todo fue generando en ellos una sensibilidad muy intensa que los llevó a emocionarse en varias ocasiones y a agradecer todo lo vivido como un gran don que seguro lo recordarán siempre.
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