Este sábado, 3 de marzo, se celebrará la XI Peregrinación Diocesana de oración por la Paz bajo el lema: “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz”, continuando una acción pastoral iniciada en 2002 cuando el entonces Papa, Juan Pablo II, preocupado ante un posible conflicto bélico en Irak, pidió a todos los católicos que hicieran encuentros de reflexión y oración a favor de la paz.La salida de la marcha será desde la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, en La Laguna, a las 6:00 horas. Asimismo, la concentración en Caletillas está prevista para las 10:30 h., para luego continuar la marcha hasta la Basílica donde el Obispo preside sobre el mediodía la Eucaristía.
El lema de la jornada: "Educar a los jóvenes en la justicia y en la paz" es el mismo que el del mensaje que el Papa Benedicto XVI escribió para la Jornada Mundial de la Paz del primero de enero.
«La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas” –afirma el Santo Padre. “La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos y la práctica asidua de la fraternidad. La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios.”
Por otro lado, Benedicto XVI ha planteado, en esta ocasión, la perspectiva educativa: «Educar a los jóvenes en la justicia y la paz», convencido de que ellos, con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza. “Mi mensaje – subrayó el Romano Pontífice- se dirige también a los padres, las familias y a todos los estamentos educativos y formativos, así como a los responsables en los distintos ámbitos de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil, saber escucharlo y valorarlo, no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para la construcción de un futuro de justicia y de paz”.
Con esta iniciativa diocesana, que este año cumple su undécima edición, se pretende contribuir, “con un granito de arena”, a la gran tarea de extender y fomentar la paz por el mundo, a través de la oración.
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