Este domingo se celebró en el Seminario Diocesano el acto de entrega del reconocimiento de Cooperadores Insignes de la Diócesis a: Inmaculada Padrón y Salvador Fernaández, sobre todo por su servicio a través del movimiento de Familias Cristianas. A María de la Cruz Perdomo por sus años de servicio a Cáritas desde las comunidades de Valleseco. Y a Tomás Rodríguez por sus múltiples años como sacristán y su vinculación a movimientos de oración en la parroquia de Valle de Guerra.
Estas distinciones se entregan cada año con ocasión del Día de la Iglesia Diocesana, a personas laicas de dilatada entrega generosa al servicio de la diócesis.
Después del mediodía, el Obispo presidió la Eucaristía en la que, en el marco de la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, señaló que en estos reconocimientos, en el fondo, damos gracias por el trabajo de Dios en las personas que se han entregado a la Iglesia en sus diversas funciones. La Palabra (Inmaculada y Salvador y ) la Caridad (Maria de la Cruz) y la Liturgia (Tomás Rodríguez). El Reino, dijo el prelado que es la persona de Jesús, la Iglesia lo anuncia a través del ministerio de La Palabra, lo acoge en la Liturgia y lo realiza en el mundo a través de la Caridad. Toda persona, recordó Álvarez, todo movimiento, grupo, parroquia o diócesis ha de vivir armónicamente estos tres aspectos en su vida y misión.
Después del mediodía, el Obispo presidió la Eucaristía en la que, en el marco de la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, señaló que en estos reconocimientos, en el fondo, damos gracias por el trabajo de Dios en las personas que se han entregado a la Iglesia en sus diversas funciones. La Palabra (Inmaculada y Salvador y ) la Caridad (Maria de la Cruz) y la Liturgia (Tomás Rodríguez). El Reino, dijo el prelado que es la persona de Jesús, la Iglesia lo anuncia a través del ministerio de La Palabra, lo acoge en la Liturgia y lo realiza en el mundo a través de la Caridad. Toda persona, recordó Álvarez, todo movimiento, grupo, parroquia o diócesis ha de vivir armónicamente estos tres aspectos en su vida y misión.
Tras la Misa fue el acto de reconocimiento a estas personas que fueron presentadas por su párroco (caso de Tomás o María de la Cruz) o por los actuales presidentes del movimiento familias cristianas ( en el caso de Salvador e Inmaculada). Tras este acto se celebró un almuerzo de fraternidad en el comedor del Seminario Diocesano.
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