jueves, 30 de junio de 2011

"GLORIFICA AL SEÑOR, VILLA DE LA OROTAVA..."

“Glorifiquemos al Señor como Pueblo de Dios porque Él ha enviado a su Hijo al mundo, no para condenar al mundo en su maldad sino para liberarlo de la maldad, para salvarlo de la ruina, cuando cegados ignoramos a Dios y queremos conducir la historia a nuestro antojo, que es el antojo del egoísmo, de los que tienen mucho y se olvidan de los que tienen poco,…”.

“¿Cómo nos liberó Jesús del poder del mar? Jesús combatió el mal con el bien, él mismo fue víctima del mal, de hecho, la Eucaristía refleja, expresa, significa el sacrificio en la cruz; Él se entregó como consecuencia de la maldad, del egoísmo y del desprecio de los de los demás”.

Lo que activa la caridad es la comunión eucaristía, nos contagia su amor por los pobres, nos ayuda a ver a los demás con los ojos que Él los ve. Por eso la relgión cristiana es para la vida, no se queda en el rito, va más allá: nos empuja a trabajar por un mundo mejor, a entregarnos….”. De tal manera que –como decía San León Magno- cuando comemos el cuerpo y la sangre nos convertirnos en aquello que hemos recibido: en Cuerpo y Sangre de Cristo para los demás…”.

Estas son algunas ideas de la homilía que el Obispo Nivariense desarrolló en la tarde noche de ayer jueves en la Solemne Eucaristía de la Infraoctava del Corpus Christi de La Orotava. Toda la reflexión la puedes escucha a continuación.



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