"Y comer vuelve a ser necesidad" es el título del reportaje que publica hoy ABC dedicado a la labor de Cáritas. El reportaje se centra en la realidad que vive el barrio tinerfeño de San Matías, de aproximadamente 7.000 habitantes y situado en el área metropolitana, entre Santa Cruz y La Laguna.
"Cada 15 días, aproximadamente, doscientas familias hacen cola a las puertas de las dependencias que utiliza Cáritas en el barrio de San Matías, donde se les reparten bolsas de comestibles con las que hacen frente a las circunstancias y al hambre, que no entiende de recortes, de estrechar cinturones o de políticas económicas. Porque lo que tienen estas personas es la cartera vacía, las expectativas rotas y la nevera desenchufada, ya que, en unos casos, no hay nada que conservar en ella o, simplemente, no tienen ni siquiera luz eléctrica."
El obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, reconoce que es imposible que una institución como Cáritas o cualquier otra pueda resolver toda la problemática que envuelve a las familias necesitadas: «Somos un granito de arena en la gran tarea que hay que hacer; intentamos colaborar a aliviar la situación con lo que podemos, pero la realidad de las personas está ahí. Nos preocupa que cada día aumente el número de personas en precariedad, incluso alimentaria», lamenta el prelado la situación.
Si quieres leer el reportaje completo pincha en los siguientes enlaces:
"Y comer vuelve a ser necesidad""Cada 15 días, aproximadamente, doscientas familias hacen cola a las puertas de las dependencias que utiliza Cáritas en el barrio de San Matías, donde se les reparten bolsas de comestibles con las que hacen frente a las circunstancias y al hambre, que no entiende de recortes, de estrechar cinturones o de políticas económicas. Porque lo que tienen estas personas es la cartera vacía, las expectativas rotas y la nevera desenchufada, ya que, en unos casos, no hay nada que conservar en ella o, simplemente, no tienen ni siquiera luz eléctrica."
El obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, reconoce que es imposible que una institución como Cáritas o cualquier otra pueda resolver toda la problemática que envuelve a las familias necesitadas: «Somos un granito de arena en la gran tarea que hay que hacer; intentamos colaborar a aliviar la situación con lo que podemos, pero la realidad de las personas está ahí. Nos preocupa que cada día aumente el número de personas en precariedad, incluso alimentaria», lamenta el prelado la situación.
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"Somos apenas un granito de arena"
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