miércoles, 11 de mayo de 2011

FIESTA SACERDOTAL: SANTIDAD DE VIDA Y CELO APOSTÓLICO

Alrededor de un centenar de presbíteros se han reunido hoy en el arciprestazgo de la Salud para festejar el día del patrón del clero, San Juan de Ávila. La Eucaristía se celebró en la capilla del Asilo de Santa Cruz y, posteriormente, durante el almuerzo, se llevó a cabo el homenaje a los curas que cumplían 50 y 25 años de vida sacerdotal.



En la celebración eucarística, el obispo invitó a todos los presentes a imitar a San Juan de Ávila en la santidad de vida y en el celo apostólico. Por otro lado, el prelado nivariense reflexionó sobre tres aspectos entresacados de la carta de Juan Pablo II “Novo Millennio Ineunte”: Ser consciente de que Dios, por amor al ser humano, realiza hoy también su obra; agudizar la vista para ver la obra del Señor y, en tercer lugar, "tener un gran corazón para convertirnos, nosotros mismos como sacerdotes, en su instrumento".

Por otro lado, el obispo señaló algunas urgencias para el servicio del ministerio sacerdotal hoy, como velar por la identidad, por la pertenencia al presbiterio, por el futuro y por Dios.

Monseñor Álvarez finalizó su homilía recordando que la fuente de la misión de la Iglesia es el amor. “Por eso ha de ser tarea del amor apacentar el rebaño del Señor. Ojalá todos los presbíteros acojamos el don del Espíritu Santo y, como San Juan de la Cruz, ya no tengamos más oficio que no sea el de amar”-concluyó el obispo.



Tras la Misa hubo un almuerzo de fraternidad en el que se homenajeó a los sacerdotes que cumplían bodas de oro o de plata. Concretamente, el sacerdote claretiano José Ramiro González y el padre paúl, José Vega Herrera (ausente por razones de salud), están celebrando sus bodas de oro sacerdotales. Asimismo, los sacerdotes diocesanos homenajeados por sus 25 años como presbíteros serán: José Ramiro Castaño, párroco en Puntallana; Juan Fernando González Martín, párroco en La Perdoma; Pedro Jorge Benítez, párroco en San Juan en La Orotava; Francisco Jesús Hernández, párroco de en Fernando en García Escámez y Jesús Pérez Báez, párroco en Granadilla de Abona.



A los mismos se les entregó, como obsequio, una pieza original en barro cocido del imaginero Pablo Torres Luis, titulada: "vino ad famulor" en la que se representa el gesto del servicio radical de Jésús en el lavatorio de los pies.

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