miércoles, 15 de septiembre de 2010

PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA 2010 A MANOS UNIDAS

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha acogido con gran satisfacción la concesión del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2010 a Manos Unidas, en el 50º aniversario de esta Organización católica de voluntarios, que lleva medio siglo “declarándole la guerra al hambre de pan, de cultura y de Dios”, como afirmaba su manifiesto fundacional.
A las 11,45 h., la Directora de la Fundación Príncipe de Asturias, Teresa Sanjurjo González, le comunicaba al Secretario General de la CEE, Mons. Martínez Camino, el galardón concedido. Candidatura presentada por el Comité Ejecutivo de la CEE

El Comité Ejecutivo de la CEE, en su reunión de 16 de febrero de 2010, aprobó presentar la candidatura de Manos Unidas para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2010, al ser una institución “cuya labor ha contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o la defensa de la libertad”.


A todo ello hay que añadirle el hecho de que este año se celebre el 50º aniversario de su fundación. Fue en 1960 cuando un grupo de mujeres de la Acción Católica Española lanzaron la primera Campaña contra el Hambre en España, en respuesta a una llamada de la FAO a nivel mundial. A partir de 1978 adquirió plena personalidad jurídica, canónica y civil, como organización, pasando a denominarse “Manos Unidas”. Hoy está presente en toda la geografía
española a través de 71 delegaciones y cuenta con más de 4.000 voluntarios. Manos Unidas, por un lado, promueve campañas de sensibilización para denunciar la existencia del hambre en el mundo y las causas que la provocan.


Además, la combaten trabajando por la promoción integral de las personas y de los pueblos sin distinción de sexo, raza o religión, en más de 64 países de Asia, África, América y Oceanía. Ha financiado alrededor de 25.000 proyectos dirigidos a los campos de la educación, sanidad, desarrollo agropecuario, promoción especial, y con especial interés, a la promoción de la mujer, que sufre la pobreza con mayor intensidad.


El 1 de octubre de 2009 la Comisión Permanente de la CEE aprobó un Mensaje, con motivo del 50º aniversario de la fundación de Manos Unidas, en el que los obispos hacían memoria del pasado, con un recorrido agradecido por la historia de la organización; invitaban a los miembros de Manos Unidas a salvaguardar sus señas de identidad, como tarea en el presente; y proponían como compromiso fundamental de futuro el afrontar los nuevos retos del hambre en el mundo.


“La pobreza – señalaban los obispos en el Mensaje – es una de las más graves preocupaciones de la comunidad internacional. Su solución nos apremia a todos, reconociendo que la visión del desarrollo como vocación comporta que su centro sea la caridad. En este sentido es necesaria una conversión del corazón a la caridad de Cristo, sabiendo que hay recursos suficientes para acabar con la lacra de la pobreza. Esta conversión nos lleva a transformar las estructuras de pecado que contribuyen a las situaciones de injusticia. Es la urgente tarea que se ofrece a los miembros de Manos Unidas, y en la que todos estamos llamados a colaborar”.

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