
La Iglesia, llamada por Jesucristo a sanar, a aliviar, liberar, estar con los últimos, se esfuerza por acompañar a los hermanos y hermanas privados de libertad en prisión, apoyar su rehabilitación y favorecer su reinserción. Y esta labor en las cárceles de nuestra provincia la desempeñan dos capellanes y una religiosa junto a veinte voluntarios en la prisión de Tenerife y otra religiosa en el centro penitenciario de La Palma.
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