“Ser discípulos y misioneros, aquí y ahora” es el lema del nuevo Plan Diocesano de Pastoral (PDP) que durante estas semanas se está presentando en todos los rincones de las cuatro islas de la provincia. En los próximos cuatro años, este Plan servirá de base y guía para el desarrollo de la acción pastoral en los distintos ámbitos de la vida y misión de nuestra Iglesia particular que peregrina en Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro.En todas las Misas de las más de 300 parroquias de la diócesis, el fin de semana del 24 y 25 de septiembre, se presentará y acogerá el nuevo PDP. En este sentido, se han destinado grandes esfuerzos para que el nuevo documento, que marcará las directrices de nuestra Iglesia en el próximo cuatrienio, llegue a todos los rincones a través de carteles, trípticos, guiones de estudios, las redes sociales, videos en youtube, etc.
El nuevo PDP comienza con una carta del Obispo, Bernardo Álvarez, la cual recoge en su encabezado una cita bíblica extraída de la primera carta de San Juan: “Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos”. Una afirmación que resume el objetivo central del nuevo Plan: “Ser discípulos y misioneros”. En la misiva pastoral, el prelado se dirige a los cristianos para animarlos a vivir, con entusiasmo renovado, estos próximos cuatro años. “Todos en la Iglesia estamos llamados a ser discípulos y misioneros. Es necesario formarnos y formar a todos los cristianos para cumplir, con responsabilidad y audacia, esta tarea. Les animo a que, mutuamente, nos ayudemos a despertar y acrecentar en todos la alegría y la fecundidad de ser discípulos de Jesucristo, viviendo con verdadero gozo el ‘estar con Él’ y el ‘amar como Él’ para ser enviados a la misión” –señala el Obispo en su carta introductoria del PDP.
Guiño a las nuevas tecnologías en la cultura digital
El cartel y el diseño del propio documento del PDP trata de plasmar el espíritu y contenido del mismo. Destaca como elemento central una Tablet como icono de unión entre la era digital que vivimos y el tiempo y lugar en el que se encarna el Plan. La Tablet lleva en la parte superior el nombre de la diócesis. Además, el símbolo de la cobertura total, en la parte superior izquierda, quiere representar la inspiración del Espíritu y la comunión con la Iglesia. Por su parte, el icono de la batería cargada, en la parte superior derecha, simboliza las ganas con las que se emprende el nuevo camino de nuestra Iglesia.
La imagen central del cartel refleja el encuentro de Jesús resucitado con sus discípulos. En la parte inferior de la imagen, se encuentran los cuatro botones a modo de aplicaciones importantes de esta planificación. La primera de ellas contiene la palabra “amar”. Se trata del botón más grande de la Tablet, ya que sin “esta aplicación” no tendrían sentido las diferentes líneas de acción del Plan. El resto de aplicaciones se completan con: Impulsar, corregir e implantar.
Toda la imagen de la Tablet se refleja en el lema escogido y sobre nuestras islas. Asimismo, aparece un pendrive que simboliza los frutos guardados del anterior plan, así como la temporalización del presente documento. Por último, el cartel se cierra con una media luna con los colores de la Diócesis que insinúa la actitud alegre de la misión evangelizadora.
Misión en tiempos de “Nueva Evangelización”
La planificación pastorales es fruto de la evaluación de los pasados cuatro años y de las aportaciones de todos los sectores de la diócesis que, juntos, han tratado de descubrir lo que Dios pide en este momento. En este sentido, el Plan acoge la llamada que se viene realizando en los últimos años, que ha sido reimpulsada por el Papa actual a realizar la “misión en tiempos de ‘Nueva Evangelización”. No se trata, dice el documento, de que el evangelio sea nuevo, sino que nuevo es el contexto en el que vivimos, el cual pide, en expresión de Benedicto XVI, “el coraje de atreverse a transitar por nuevos senderos”.
En definitiva el PDP es una llamada a la conversión personal y pastoral, siendo mejores discípulos y misioneros en las canarias occidentales, para lo cual es preciso poner en el centro a la persona de Jesucristo, el cual da aliento y energía para emprender el esfuerzo de renovación preciso para estar a la altura de los desafíos actuales, revitalizando la vida de la propia Iglesia de cara a un anuncio y proclamación del evangelio a través de caminos nuevos capaces de hablar a las culturas contemporáneas.
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