La alarma saltaba hace poco en Níger, y poco a poco se fue extendiendo por el resto de los países del Sahel. Las consecuencias de la sequía, el incesante incremento del precio de los alimentos y el retorno al país de muchas de las personas que habían emigrado a países vecinos en busca de trabajo y sustento para sus familias, hacían prever una nueva emergencia alimentaria esta vez en el Sahel. A pesar de que se tratarse casi de la “Crónica de una crisis alimentaria anunciada”, poco se ha hecho por evitarla. Pincha AQUÍ para leer toda la crónica de Manos Unidas.
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