martes, 10 de abril de 2012

MISA EXEQUIAL DEL OBISPO FELIPE FERNÁNDEZ, EMÉRITO DE S. CRISTÓBAL DE LA LAGUNA


La Sede provisional de la Catedral acogió la Eucaristía Exequial y la inhumación del XI Obispo de la diócesis de S. Cristóbal de La Laguna, Monseñor Felipe Fernández García. A la ‘Hora de Nona’ del pasado Viernes Santo fallecía en el Hospital Universitario de Canarias y hoy, a la ‘Hora de Nona’ (poco después de las tres de la tarde) su cuerpo fue sepultado en la Sede Catedralalicia en martes de la Semana de Pascua, día glorioso de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. 
‘Noble sencillez’ pide la liturgia para las exequias de un Obispo. Y así fue. En un abarrotado templo de La Concepción se encontraban los hermanos Aureliano y Lola Fernández junto a otros familiares del difunto. En la Misa se interpretaron algunos temas compuestos, en su música y letra, por D. Felipe.

El Obispo Bernardo Álvarez presidió la celebración. Junto a él concelebraron el Obispo de Canarias, Francisco Cases; el de Plasencia, Amadeo Rodríguez (diócesis para la que fue ordenado sacerdote D. Felipe) y el Obispo de Astorga, Camilo Lorenzo (diócesis en la que nació), el Vicario General de Ávila, diócesis en la que inició D. Felipe su ministerio episcopal, además del clero diocesano y diferentes sacerdotes venidos de otras diócesis. 

También asistió a la Misa un gran número de personalidades. Entre otros, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero; el presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro; el del Cabildo insular, Ricardo Melchior; el alcalde de la ciudad de La Laguna, Fernando Clavijo y otros regidores municipales; el subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz y el teniente general César Muro, jefe del Mando de Canarias. 

El Obispo, al comienzo de su homilía, visiblemente emocionado leyó un mensaje enviado por el Papa Benedicto XVI a través de la Nunciatura Apostólica que decía, entre otras cosas: 

Mensaje del Papa (Clic para ampliar)
“Recibida la triste noticia del fallecimiento de Monseñor Felipe Fernández García, obispo emérito de esa iglesia particular, el sumo pontífice desea hacer llegar su más sentido pésame y su cercanía espiritual a sus familiares, así como a los que fueron testigos de su solícita y abnegada dedicación pastoral, primero en Ávila y luego en esa Diócesis de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife. 

El Santo Padre, a la vez que ofrece fervientes sufragios por el eterno descanso del difunto prelado, les otorga con afecto la confortadora bendición apostólica, como prenda de esperanza y fe en el Señor Resucitado” 


El Obispo recordó las palabras bíblicas: “El Señor ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré; de modo que podamos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no temeré. Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la Palabra de Dios y, considerando el final de su vida, imitad su fe.” 

Álvarez hizo un breve repaso a su relación personal con Monseñor Fernández. Se conocieron - dijo- en 1977 con ocasión de unos ejercicios espirituales. En aquella ocasión – indicó- “más que yo a él, me conoció él a mí”. Álvarez recordó algunas de las palabras que le dijo a su predecesor el día de su ordenación episcopal. “Siempre me valoró más de lo que yo soy realmente”- indicó. “Me quiso y me mostró más afecto que el que le mostré yo a él”. 

El prelado nivariense destacó algunas características de Felipe Fernández. Así expuso que era un hombre de fe, una persona de Dios y para Dios. “Desde la fe entregó su vida al servicio de los demás y esos talentos los orientó siempre al servicio de la predicación del evangelio”. No en vano la frase paulina que le acompañó en su vida ministerial era: “Siervo de Cristo Jesús, elegido por Dios para ser apóstol y destinado a proclamar el Evangelio”. Hizo también referencia a sus talentos humanos para la literatura, la música, el gusto artístico. En este sentido leyó un poema de Emeterio Gutiérrez Albelo. También resaltó su gran libertad para decir lo que pensaba y sentía. 

En otro momento, el obispo citó unas palabras dichas por el propio Fernández en su última entrevista televisiva valorando la riqueza del don de la fe: “La fe se valora sobre todo a la hora de la muerte; y la fe es lo más precioso que he recibido en mi vida, lo que más agradezco a Dios; y espero que en la hora de la muerte me quede valor y un poco de fe para entregarme al Altísimo, al abrazo del Padre”.

Por otro lado, Bernardo Álvarez, sintetizó algunas de las labores pastorales más importantes desarrolladas por su predecesor en los catorce años que estuvo de pastor nivariense. Así citó el Sínodo Diocesano, su preocupación porque hubiera equipamientos pastorales en las nuevas zonas de implantación humana, su celo por el cuidado del patrimonio, la creación de la nueva sede del Archivo Diocesano, el impulso al culto del Hermano Pedro que fue canonizado durante su episcopado, los setenta sacerdotes que ordenó, su preocupación por el seminario y su contribución a lo que hoy es el Instituto Superior de Teología. 

En otro momento de su homilía, Álvarez puso el acento en los últimos años de vida de D. Felipe. “Le tocó la experiencia de Jesús en Getsemaní - dijo- . “Conocía su debilidad y previendo ‘una noche oscura del alma’ pedía a Dios y a la Virgen María fuerzas para afrontar la hora de la muerte poniéndose en manos del Padre, como hiciera Jesús en la Cruz”. 

Álvarez quiso terminar su intervención citando las palabras dichas por su predecesor en su despedida de la Diócesis, el 28 de Agosto de 2005: 

“En todo caso, y quiero decíroslo, aunque lejos físicamente de aquí, seré siempre y me sentiré siempre obispo emérito de esta querida Iglesia Diocesana de San Cristóbal de La Laguna. Por vosotros oraré continuamente y a vuestra oración me encomiendo confiadamente. A la intercesión de la Virgen de Candelaria quiero encomendarme especialmente con estos versos del Beato José de Anchieta, con los que me despedí de ella en Candelaria: 

"Pártome, sin me partir de vos, mi madre y señora, confiado que, en la hora en que tengo de morir, seréis mi visitadora".

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