miércoles, 1 de agosto de 2012

4º DÍA: DE LAS MANCHAS A FUENCALIENTE


Hay días que el "camino" o la "vida" se hacen cuesta arriba. Así es una peregrinación. Ha sido éste un día (martes 31 de julio) duro con el calor que hubo que soportar camino de Fuencaliente. Más kilómetros que de costumbre hicieron que las agujetas se acentuasen y los pies sintiesen el sabor del dolor del caminante.

La jornada comenzó temprano para iniciar el camino desde Las Manchas. Una comunidad acogedora fue sustituida por otra comunidad acogedora. Si algo ha sido evidenciado estos días es lo mucho que se quiere al Seminario en La Palma. A mitad del camino, como también en la vida, siempre viene en nuestro auxilio una "porción fresca de sandia".

Por la tarde, y tras descansar un rato después del almuerzo, la celebración de la Eucaristía en la memoria de San Ignacio de Loyola resituó la centralidad en nuestra vida de "la gloria de Dios". En todo, "amar y servir", para "ser piedra de crecimiento" y no una peligrosa "piedra de tropiezo" o una inadecuada "piedra de escándalo". "¡Cuánto peligro tiene un adoquín suelto en la calle!".

La jornada concluyó con el encuentro con un joven matrimonio palmero que trabajan pastoralmente con jóvenes de los grupos juveniles parroquiales "Savia Nueva" que hay en la isla: Raquel y Miguel. Fue un verdadero estímulo. Y, fieles a la sugerencia de los formadores, nos pidieron que tuviéramos "los oídos muy grandes y la boca muy pequeña", porque la gente necesita que le escuche, especialmente a los jóvenes. 

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