En toda peregrinación hay un alto en el camino. Mazo ha sido un alto en el camino (jueves, 2 de agosto). La dinámica de los seminaristas mayores se ha centrado en las actividades desarrolladas en la Villa y en la Parroquia de San Blas de Mazo. Un día de descanso centrado en otro tipo de actividades complementarias con "el camino".
La mañana estuvo centrada en el trabajo del material preparado para la revisión interna de la comunidad del seminario mayor. Evaluar, examinar, concretar,...; todo para que nuestro proceso de formación sea cada vez más acorde con la mente de la Iglesia para este momento concreto de nuestra historia. Sonaron voces que sugerían realidades tan importantes como: espíritu de austeridad, profunda espiritualidad, buena preparación, alegría, espíritu apostólico,...
La comunidad parroquial nos invitó a una paella. ¡Muy buena paella! Y con las energías renovadas, se inició las actividades de la tarde: el encuentro con los monaguillos, la celebración de la Eucaristía y un especial momento de adoración al Santísimo en el día en el que la comunidad suele pedir al Señor por las vocaciones al sacerdocio desde hace muchos años, los jueves sacerdotales.
Félix M. Santana, párroco de Mazo, presidió la Eucaristía. En ella nos ofreció su testimonio de vida sacerdotal y nos animó a convertir "el bloque" con el que entramos en el Seminario en "una esfera" con el golpeo de una seria vida ordinaria.
Luego hubo tiempo para la visita cultural al Museo del Corpus Christi -¡impresionante!- y al Molino y Centro Etnográfico de Ramón y Vina. Contacto con los orígenes de la cultura aborigen de la isla de La Palma.
Y como colofón: una arepada en la casa parroquial. ¿Qué más se puede pedir? Preparando para afrontar mañana la última etapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario