miércoles, 23 de febrero de 2011

LA OPCIÓN RELIGIOSA ES UNA OPCIÓN PERSONAL


El profesor de Derecho, Moral y Política de la Ciudadanía de la Universidad de Valencia, el doctor Agustín Domingo Moratalla, ha continuado este martes ofreciendo su visión sobre “Cristianismo y Laicidad”, titulo de las jornadas organizadas por la Cátedra de Ética y Política y la ULL en el Seminario de La Laguna.

En esta ocasión Moratalla inició ayer una nueva sesión vespertina con un avance hacia los tiempos del creyente hoy marcados por el Cristianismo y la Laicidad ante los cambios políticos, donde el profesor Moratalla profundizó hacia la “Laicidad política y educación democrática”, repasando la pluralidad de fuentes morales en el ejercicio de la ciudadanía activa y finalizando con una última sesión dirigida en torno a la “Religión y pluralismo moral: El desafío de la interculturalidad”. En este sentido, este doctor valenciano se refirió a estos nuevos tiempos del siglo XXI, donde, “la existencia real de una sociedad sin cultura, o a la que se ha llevado a carecer de cultura, dificultará el que se salga más tarde de esta crisis”. Moratalla recordó que en crisis anteriores como la de la década de los ochenta, España no estaba inmersa en esta crisis cultural, “y eso facilitó los pasos para abandonar la crisis económica”.

Igualmente, Moratalla se refirió a la secularización que definió como un proceso histórico, que no tiene nada que ver con el secularismo que se ha convertido en una ideología. En cuanto a la secularización, el profesor Domingo Moratalla, dijo tener su raíz en la diferenciación y separación entre la Iglesia y el Estado, en la disminución de la presencia institucional de las religiones y de la práctica religiosa como ocurre en nuestro país donde aunque un 80% de la población sigue considerándose cristiana, aunque mayoritariamente no practican la religión que profesan. La tercera clave del proceso de secularización tiene que ver con la “resignificación de la fe”, donde la opción religiosa es fruto de una opción personal que “se realiza en términos de responsabilidad y legitimidad democrática. Creer en Dios es una alternativa a la ausencia de sentido o vacío existencial”.

El director de las jornadas realizó unas propuestas que considera necesarias pero insuficientes para un nuevo paradigma religioso, entre las que destaca cuestionar el individualismo de la sociedad actual, la presencia de la religión en debates culturales, incrementar la calidad de las comunidades religiosas, dirigir, gestionar y administrar nuestras parroquias con criterios de eficacia, tener confianza crítica en la pluralidad y optimizar la experiencia educativa.

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