La tarde del miércoles, seis de junio, en la Parroquia Matriz de la Concepción, en Valverde, El Hierro, en el marco de una eucaristía presidida por el Obispo, Bernardo Álvarez, se anunció oficialmente que el venidero seis de julio de 2013 será la próxima Bajada de la Virgen de los Reyes.
El año 2013 será, por tanto, una nueva fecha señalada para la iglesia que peregrina en tierras herreñas ya que será su LXVIII Bajada, dando así cumplimiento al Voto del 29 de enero 1741.
El prelado nivariense, que también se reunió con los miembros de la Fundación Virgen de los Reyes y los principales representantes de las instituciones públicas de la isla, pidió en la homilía a la Madre Amada de los Reyes que “nos haga a todos mejores hijos y hermanos”, al tiempo que pidió por la concordia, la alegría y la paz entre todos.
Al comienzo de la Misa el Obispo leyó el ‘anuncio oficial’ de esta cuatrienal cita en los siguientes términos:
ANUNCIO DE LA LXVIII BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES
06 DE JULIO DE 2013
Del 7 al 14 de dicho mes, celebraremos el tradicional Novenario en su honor, que culminará el domingo día 14 con la celebración de la Fiesta Real.
La Imagen de la Virgen, visitará las parroquias de nuestra Isla, durante los días 20 al 28 de Julio de 2013.
La Subida de la imagen de la Virgen de los Reyes a su Santuario de la Dehesa, tendrá lugar el sábado 3 de Agosto; dándose así por concluida su LXVIII Bajada.
Todos los herreños estamos convocados a celebrar este acontecimiento de fe y devoción, siguiendo el espíritu del Voto hecho por nuestros antepasados, en el cual se nos convoca, “cada cuatro años, haya o no necesidad, a traer a esta Villa, la Imagen de la Señora con el mayor respeto y veneración”.
Y dándose la feliz circunstancia, de que esta Bajada está enmarcada dentro de nuestro actual Plan Diocesano de Pastoral, que tiene como objetivo el ser mejores discípulos y misioneros de Jesucristo; y la feliz coincidencia con en el Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI, para el año 2013. Le pedimos a Ella, que es Maestra de fe y esperanza, que nos conceda la gracia de abrir el corazón al Amor de Dios Padre, manifestado en Jesucristo, para ser testimonio vivo del Evangelio que Él nos predicó.
Hoy, a un año de vivir esta nueva visita de nuestra Madre Amada, podemos ya aclamar: ¡Viva la Virgen, Viva!
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