sábado, 30 de junio de 2012

EL JUEGO DE LA ESCONDIDILLA

"Queridos amigos: Correteando por el jardín del Seminario andaba la tropa pequeña saltando los setos de acera a acera. ¿Qué hacen?, les pregunté; jugando al escondite. Escóndete que te busco, y cuando te encuentre correré hasta el lugar señalado como sede de acogida: ¡el juego de la escondidilla!.

Algo así, creo yo, que le sucede a la verdad. Le gusta esconderse. La buscamos, a veces entre el juego del vivir, y al encontrar su rastro corremos buscando el lugar donde asirnos a nuestra victoria. La verdad se nos oculta; juega con nosostros a la escondidilla. Los medios de comunicación nos prestan una ayuda importante, garantizando nuestro derecho a la información de la verdad, pero también con ellos juega a la escondidilla.

Escuché esta semana que, en pleno siglo XXI, está habiendo más mártires cristianos, perseguidos por su fe, que en toda la historia pasada del cristianismo. Al escuchar la noticia, espontáneamente me resistí a prestarle mi confianza; ¡es imposible!, pensé.

Pues no lo es. La persecución por razón de la fe es hoy mucha, y en algunos casos, sangrienta: "doscientos millones de cristianos en todo el mundo sufren persecución religiosa y 150 millones más sufren algún tipo de discriminación, restricción o atentados", según el director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España (AIN), Javier Menéndez Ros, basándose en un informe realizado por AIN sobre la libertad religiosa en el mundo, informe que se edita anualmente en varios idiomas y que, a partir del 2008, se publica también en castellano.

¡Doscientos millones de cristianos perseguidos por su fe!: esta verdad juega a la escondidilla. Ni en los medios de comunicación, heraldos de la verdad, la enncuentran.

¡Feliz verano! Con afecto y como siempre, un amigo" (Juan Pedro Rivero, para el programa "El Espejo de la Diócesis),

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