Por eso, envió a su Hijo, nacido de una mujer libre de todo pecado a este mundo, el cual, “nos ha hecho irreprochables ante Él, por el amor”. Este Amor, no es otro que Cristo mismo, que se hizo uno de nosotros por medio de María, la cual, en el Evangelio del día se la denomina “esclava del Señor”. Esta esclavitud, la hacía más libre que ninguna criatura, ya que se entregaba a la libertad suprema, a Dios que es infinita bondad. Ella nos puede servir de paradigma - sostuvo el prelado -para cuestionarnos de quíenes somos esclavos: ¿del consumismo? ¿De las pasiones? ¿Del qué dirán?... Busquemos, invitó el Obispo a los presentes en el templo, la verdadera libertad estas navidades.
Al final de la Eucaristía, se impartió la Bendición Apostólica y, a continuación, se realizó la procesión con la imagen de la Inmaculada por las principales calles de La Laguna.
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