Juan Pedro Rivero comparte nuevamnte con los oyentes de COPE y los visitantes de este blog una reflexión a modo de carta. La puedes leer y también escucharla a continuación.
Queridos amigos:
Tenía sólo ocho años cuando una noche de reyes, envuelto en papel de regalo, Gaspar me entregó en nombre del Niño Jesús, un libro que llevaba el título de “El aguador de Granada”. Una historia de lucha por sacar adelante su familia de un pobre hombre que, a duras penas lograba conseguir el alimento diario de su esposa y de sus hijos. Pocos años más tarde me enteré que se trataba de uno de los cuentos de las Mil y una noches.
Queridos amigos:
Tenía sólo ocho años cuando una noche de reyes, envuelto en papel de regalo, Gaspar me entregó en nombre del Niño Jesús, un libro que llevaba el título de “El aguador de Granada”. Una historia de lucha por sacar adelante su familia de un pobre hombre que, a duras penas lograba conseguir el alimento diario de su esposa y de sus hijos. Pocos años más tarde me enteré que se trataba de uno de los cuentos de las Mil y una noches.
Si miramos a nuestro alrededor -y esto ya no es un cuento-, descubrimos las mil y una historias en paralelo del “Aguador de Granada”. Hombre y mujeres que se descubren empapados en el agobio diario de su incapacidad de lograr un trabajo. Y no es que alivie saber que de la misma manera, y el los mismos mares, nadan casi cinco millones de españoles. Personas en edad laboral, con ilusiones personales, con proyectos familiares, que no consiguen un puesto de trabajo.
El trabajo no es sólo un medio de vida, la forma de ganar lo necesario. Es eso, pero encierra en sí una capacidad de humanizarnos tan grande que, cuando falta el trabajo, no sólo perdemos un recurso económico, sino que perdemos dimensiones básicas de nuestra condición humana. Nos empobrecemos más allá, y más adentro, de la pobreza económica.
Estos días he pensado que detrás de una noche llega siempre la mañana. Que detrás de las mil y una noches, hubo mil y una mañanas. Y pensaba que cada uno de nosotros tendrá que hacer pronto un esfuerzo por envolver en un adecuado papel de regalo, aunque sea un papel usado, la solidaridad social requerida para que estos cinco millones de aguadores logren conseguir, no sólo los recursos que necesita su familia, sino la luminosidad humanizadora de un trabajo. Con afecto, y como siempre, un amigo.
Ir a descargar
No hay comentarios:
Publicar un comentario