La Semana de Teología ha desarrollado la tarde y noche del martes su segundo día. Tras algunos talleres tocó el turno de la segunda y tercera ponencia de Roberto Calvo. En concreto la segunda se adentraba en el nuevo paradigma pastoral hacia el que nos dirigimos y la centralidad del testimonio, de la experiencia de fe en la vida cristiana y en su propuesta.
“Sólo una iglesia que opta por anunciar la buena noticia a los jóvenes en cuanto futuro y esperanza de la comunidad, puede ella misma tener futuro”, incluso sociológicamente- enfatizó el ponente.
El texto Bíblico de ‘Lo que hemos visto y oído’, lema del propio PDP, sirvió a Calvo para recordar que se ha de caminar por la línea del testimonio, de lo caritativo social, de la diaconía, ¿que deseamos comunicar? Se preguntó, para defender que es “la novedad del Dios cristiano que quiere que seamos felices, y desde el encuentro con el resucitado tengamos motivos de alegría y lo compartamos con los demás”.
El ponente, experto en misionología recordó que “la misión es como un tren que necesita de las vías, de las dos vías: el testimonio y el anuncio explícito. Si sólo se realiza el anuncio explícito sería ideología y espiritualismo. No basta con uno sólo aunque puntualmente se pueda enfatizar uno u otro rail. Esta iglesia que quiere encontrar su futuro en los jóvenes y que opta por una misión explícita, tiene que situarse como “servidora del misterio de Dios”.
Aun así, Roberto Calvo defendió que “si algo incide en los jóvenes de manera especial es el testimonio en tres niveles:
1) El testimonio personal: sólo viendo personas y jóvenes buenas, creyentes, los jóvenes podrán plantearse el ¿por qué tú vives así? En este sentido destacó la importancia de las ‘distancias cortas’, porque son las que más llegan.
2) Testimonio comunitario. El testimonio comunitario de la Iglesia ha de presentar testimonios clarividentes del amor solidario de Dios y eso implica a todos, a cada uno, clérigos, religiosos, laicos.
3) Testimonio institucional, ante pecados que claman al cielo como dijo una vez el propio Juan Pablo II en México, la iglesia como institución no puede quedar en silencio.
El nuevo paradigma pastoral, expuso el ponente en otro momento, nos señala las nuevas fronteras que aparecen en nuestro mundo y sociedad globalizada, a saber: Manifestar con obras una pastoral utópico-solidaria; ante la pobreza, una pastoral caritativo-social; ante la exclusión, integrar y reconciliar; desde la nueva cultura también nacen unas nuevas formas de presencia pública; la ecología.
“Sólo una iglesia que opta por anunciar la buena noticia a los jóvenes en cuanto futuro y esperanza de la comunidad, puede ella misma tener futuro”, incluso sociológicamente- enfatizó el ponente.
El texto Bíblico de ‘Lo que hemos visto y oído’, lema del propio PDP, sirvió a Calvo para recordar que se ha de caminar por la línea del testimonio, de lo caritativo social, de la diaconía, ¿que deseamos comunicar? Se preguntó, para defender que es “la novedad del Dios cristiano que quiere que seamos felices, y desde el encuentro con el resucitado tengamos motivos de alegría y lo compartamos con los demás”.
El ponente, experto en misionología recordó que “la misión es como un tren que necesita de las vías, de las dos vías: el testimonio y el anuncio explícito. Si sólo se realiza el anuncio explícito sería ideología y espiritualismo. No basta con uno sólo aunque puntualmente se pueda enfatizar uno u otro rail. Esta iglesia que quiere encontrar su futuro en los jóvenes y que opta por una misión explícita, tiene que situarse como “servidora del misterio de Dios”.
Aun así, Roberto Calvo defendió que “si algo incide en los jóvenes de manera especial es el testimonio en tres niveles:
1) El testimonio personal: sólo viendo personas y jóvenes buenas, creyentes, los jóvenes podrán plantearse el ¿por qué tú vives así? En este sentido destacó la importancia de las ‘distancias cortas’, porque son las que más llegan.
2) Testimonio comunitario. El testimonio comunitario de la Iglesia ha de presentar testimonios clarividentes del amor solidario de Dios y eso implica a todos, a cada uno, clérigos, religiosos, laicos.
3) Testimonio institucional, ante pecados que claman al cielo como dijo una vez el propio Juan Pablo II en México, la iglesia como institución no puede quedar en silencio.
El nuevo paradigma pastoral, expuso el ponente en otro momento, nos señala las nuevas fronteras que aparecen en nuestro mundo y sociedad globalizada, a saber: Manifestar con obras una pastoral utópico-solidaria; ante la pobreza, una pastoral caritativo-social; ante la exclusión, integrar y reconciliar; desde la nueva cultura también nacen unas nuevas formas de presencia pública; la ecología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario