"En estas fechas finales de curso escolar llega para muchos alumnos de segundo de bachillerato el momento de celebrar la entrega de la orla, de tener su graduación al término de una etapa de estudios que marca el paso de la adolescencia a la juventud. Les toca ahora decidir qué quieren hacer con su vida, pensar por dónde van a enfocar su preparación y formación posterior, plantearse más seriamente cómo quieren afrontar su futuro.
En casa nos ha tocado vivir esta semana este momento singular con el menor de nuestros hijos en el acto de graduación del Instituto del que ha sido alumno. Compartimos junto a otros padres y madres la emoción de ver culminado un proceso y recoger los frutos de su esfuerzo. Compartimos también la alegría y la ilusión de ver cómo los hijos han ido creciendo como personas con sus valores y cualidades.
Y al hilo de esto, me viene al pensamiento el lema de Cáritas propone este año para la celebración del Día de Caridad en la festividad del Corpus Christi: "Juntos escribimos la historia, vive con sencillez y otro modelo de convivencia nos hará felices".
En una sociedad dominada por la economía y los mercados, donde las cuentas de resultados importan más que las personas; en un mundo donde la competitividad y el consumismo son valores en alza, donde impera la ley del "sálvese quien pueda"..., me pregunto ¿qué tipo de personas estamos formando? ¿Cuáles son los ideales que estamos inculcando a nuestros jóvenes? ¿Les estamos dando propuestas para que sean capaces de aportar soluciones nuevas para mejorar lo que hay?
Y lo que creo más importante, ¿les estamos dando a nuestros hijos testimonio de que nosotros apostamos por una sociedad distinta, viviendo unos valores más humanos, solidarios y fraternos?"
(Jesús Alberto González Concepción, para la sección del Espejo "bloc de notas")
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