jueves, 15 de agosto de 2013

"A MARÍA LA HONRAMOS CUANDO IMITAMOS SUS VIRTUDES"

CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA VIRGEN DE CANDELARIA

En una mañana de intenso calor, la Basílica de Candelaria, totalmente abarrotada de fieles y peregrinos, acogió este jueves 15 de agosto, la celebración del Día de la Patrona de Canarias, la Virgen María de Candelaria. Tras la procesión cívica, en la que fue trasladado hasta el templo el escudo de la ciudad, se inició puntualmente la función religiosa presidida por el Obispo. 

En la Misa, estuvieron presentes numerosas autoridades públicas, entre ellas, el representante del rey, figura que este año recayó en el Alcalde de la villa mariana, Gumersindo García, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, el presidente del Cabildo Insular de Tenerife, Ricardo Melchior, así como numerosos alcaldes y representantes de otros municipios. 

El Obispo inició su homilía recordando que el 15 de agosto los cristianos celebran la Asunción de la Virgen María, en esta ocasión, en el marco del Año de la Fe. Bernardo Álvarez señaló varios puntos que nos muestran quién es la Virgen María: “Es Madre de Dios hecho hombre, es inmaculada concepción, llena de gracia, pura y santa de acuerdo con su misión, es la Siempre Virgen, es la que vive para siempre en el cielo junto a Dios intercediendo por nosotros y es la Madre nuestra y Madre de la Iglesia. 

Monseñor Álvarez prosiguió puntualizando que a la Virgen María le rendimos culto de veneración y no de adoración, ya que esto último solo le corresponde a Dios. “Y, ¿cómo se venera a la Virgen María?” –se preguntó retóricamente el prelado. “Pues, reconociendo todo lo que Dios ha hecho en Ella, llamándola dichosa y bienaventurada por su fe y confiando en su papel en la obra de la salvación”. Pero sobre todo, recalcó el Obispo citando palabras del Concilio Vaticano II, a María la honramos cuando imitamos sus virtudes. 

Según el prelado, el ejemplo de la Virgen María nos enseña a ser creyentes. “Para ello –sostuvo- debemos escuchar, como Ella, la Palabra de Dios, acogiéndola, meditándola y guardándola en nuestro corazón. Asimismo, debemos ser personas de oración que celebran la fe, debemos hacer de nuestra vida, una ofrenda permanente, poniendo nuestro ser al servicio de Dios y los demás”. 

Por último, monseñor Álvarez expresó que para acogernos a la protección de la Virgen, hemos de sentirnos acompañados por María. “Orar por medio de Ella a Dios, lo que se conoce como intercesión, es ponerla a Ella como ‘aval’. Y cuando oramos a María directamente, nos ponemos en manos de la Virgen con la seguridad de que Ella cuida de nosotros y acudirá en nuestro auxilio”. 

El Obispo finalizó su homilía recordando una conversación que mantuvo, recientemente, con Doña Donata, una anciana de 97 años que ha peregrinado a Candelaria 17 veces desde El Tanque. “¡Qué amor a la Virgen!” –expresó Álvarez para concluir con un deseo. “Ojalá este espíritu nos acompañe también a nosotros y nos ayude a acogernos a la protección de la Virgen María toda nuestra vida”.

Al finalizar la celebración eucarística, la procesión dio la vuelta a la Plaza de la Basílica entre "vivas a la Virgen" y aplausos.

Escucha aquí la homilía del Obispo:

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