Los alumnos del III Taller de Electricidad de Cáritas Diocesana -iniciativa financiada por la Fundación Endesa- realizaron una interesante visita técnica a las instalaciones de uno de los edificios residenciales más altos de España y de los más complejos de las Islas Canarias.
La visita arrancó a las 10:00h con la acreditación de los alumnos en el hall del edificio. En la planta más baja, pudieron ver el aljibe de agua potable, que con sus más de 120.000 litros de agua llamó la atención de los alumnos, para luego pasar a ver la sala de máquinas del sistema contra incendio. En todo momento estuvieron guiados por el técnico responsable de mantenimiento de la empresa Clinia, que fue desgranando los aspectos más curiosos de las instalaciones, así como los puntos más importantes a la hora de llevar un correcto mantenimiento.
Seguidamente ascendieron hasta la planta de servicios, donde se sitúan las principales arterias del inmueble, y donde pudieron conocer cómo es una sala de máquinas con grupos de presión o cómo es un cuadro general de distribución que ocupa una sala entera, y que alimenta de electricidad todo el edificio. Especial atención les causó las enormes secciones de los cables, especialmente los de las tomas de tierra generales del edificio y que contrastaban con las dimensiones de los cables que usaron en sus prácticas en el taller. El grupo electrógeno que abastece a buena parte del edificio en caso de corte de suministro, generó gran cantidad de preguntas y comentarios.
En la última parte de la visita, pasaron por una planta de viviendas para ver cómo son las instalaciones eléctricas principales y el mantenimiento que conllevan, aunque lo que más comentarios generó, fue el sistema de recogida, existente en cada una de las 32 plantas, y que permiten a los vecinos tirar la basura sin tener casi que salir de casa. Como guinda a la visita, subieron a la cubierta del edificio, a 120 metros sobre el nivel de calle, para conocer la sala de máquinas de los ascensores y las torres de refrigeración así como la sala de control de todo este sistema. Pero lo que a nadie dejó indiferente, fueron las espectaculares vistas que se pueden disfrutar desde esas alturas.
Interesante y productiva jornada, que sirvió para refrescar en un entorno real conocimientos adquiridos y para abrir la mente sobre alternativas laborales que un buen técnico puede llegar a encontrarse.
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