Cáritas. 20 de Noviembre de 2013.- Este domingo, 24 de noviembre, Cáritas quiere concienciar sobre la jornada
anual de la campaña “Nadie sin hogar”, es decir, nadie sin acceso a derechos
sociales, nadie sin red, nadie sin afecto, nadie sin calor. Este año el lema es “Nadie sin salud. Nadie sin hogar”.
Destacar que, este curso, en los diferentes recursos alojativos que Cáritas Diocesana de Tenerife gestiona para el colectivo de personas sin hogar, han atendido a unas 500 personas, pudiendo ser acogidas solamente un 70% de ellas por carecer de plazas disponibles. También señalamos que, cada vez más, se acercan solicitando una plaza, personas que hasta hace relativamente poco se consideraban de pleno derecho y a los que la situación de crisis socioeconómica ha relegado a una situación de exclusión extrema, personas con rango de edades comprendidas entre los 18 y 25 años, o mayores de 50, que han ejercido una profesión que ha quedado sin valía en el nuevo marco de trabajo y que encuentran dificultades para reciclarse y reincorporarse al mercado laboral.
Cáritas Diocesana de Tenerife ha invertido en este año casi 700.000 euros, provenientes de subvenciones públicas y privadas, en el trabajo con este colectivo de personas. La procedencia de estos ingresos es la siguiente: 35% del Gobierno de Canarias; 28% de la asignación del IRPF a través del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; 14% a través de corporaciones locales -cabildo y ayuntamientos-; 2% de obras sociales y el 21% por parte de esta Cáritas Diocesana. Al respecto, esta Entidad contribuye en una mayor parte con el sostenimiento de estos proyectos para Personas Sin Hogar, al aportar otras partidas no dinerarias tales como inmuebles, vehículos, coordinación interna y 101 personas voluntarias que acompañan los procesos vitales de estas personas y realizan un sinfín de actividades de formación, acompañamiento a consultas médicas, salidas de ocio, actividades de mantenimiento y servicio de los recursos: cocina, limpieza, otras.
La campaña para el fin del sinhogarismo -compromiso adquirido por el Parlamento de Europa en el año 2008 para acabar con esta lacra escandalosa en el año 2015 y que desgraciadamente está lejos de conseguirse- plantea, por una parte, la necesidad de inclusión de estas personas en el conjunto de la ciudadanía, porque formamos parte de la misma sociedad y porque no puede haber dos categorías de ciudadanos. Y, por otra, la necesidad de garantizar el acceso real a los derechos sociales, para lo cual no basta con declaraciones y firmas bienintencionadas, sino que es preciso habilitar las herramientas y vías necesarias para propiciar el acceso de una manera universal y, de forma especial, a aquellas personas que sufren un mayor grado de exclusión y son más vulnerables.
Este año el lema es “Nadie sin salud. Nadie sin hogar”. En el ámbito específico de la campaña de este año, entendemos que salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es "un estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de dolencia o enfermedad". Por lo tanto, la protección de la salud abarca al individuo y a sus circunstancias de manera integral.
Por ello, Cáritas denuncia
que la reciente reforma sanitaria afecta fundamentalmente a las personas
más desprotegidas, tanto a la ciudadanía española como comunitaria (modifica
los requisitos para obtener autorización de residencia), aumentando la
estigmatización de los colectivos más vulnerables y con mayor riesgo de
exclusión social, así como la de los ciudadanos extracomunitarios en situación
irregular que, en una situación
sobrevenida de sinhogarismo, se ven colocados en un escenario de vulnerabilidad
extrema y sin acceso real al sistema de servicios sanitarios. Y esto, como
cambio de modelo en el sistema, es un asunto que nos afecta a todos y a todas,
en la medida de que hemos pasado de ejercer un derecho a ser personas aseguradas
recibiendo una contraprestación.
Por todo ello, Cáritas hace un llamamiento al conjunto de la sociedad a seguir trabajando y movilizándose para que todas las personas puedan vivir con la dignidad plena
que ostentan, sin que existan derechos para unos y “sobras” para las personas
que están en situación de calle, de pobreza, de sin hogar. A las administraciones públicas a diseñar, planificar e implementar
estrategias adecuadas que faciliten la integración de estas personas como
ciudadanos y ciudadanas de pleno
derecho. A los medios de comunicación y
a las redes sociales, a seguir
colaborando en visibilizar la realidad de las personas en situación de sin
hogar
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