El retablo principal de la iglesia de Nuestra Señora de Candelaria, en el municipio de Tijarafe, ha sido objeto del estudio realizado por el miembro del Departamento de Arte de la Universidad Nacional Autónoma de Méjico, Pablo Vidal, al considerarse un ejemplo único de la escultura novohispana de la época virginal del país centroamericano.
La originalidad de este retablo estriba en la fórmula seguida por su autor, Antonio de Orbarán, de situar en los intercolumnios o entrecalles todo el muestrario escultórico de todo un extraordinario apostolado, con lo que adquiere prácticamente la apariencia de once calles.
Por su parte, Pablo Vidal indica que el retablo de Tiarafe es una obra de singular importancia para el conocimiento de la escultura novohispana, es decir, de Méjico virreinal. Factores tales como los cambios de las modas estilísticas y la destrucción de los conjuntos retablísticos permiten explicar la falta de ejemplos conservados del primer tercio del siglo XVII en suelo mejicano.
En este contexto, el retablo de Tijarafe, fechado aproximadamente en 1627, y ejecutado por el joven escultor mejicano Antonio de Orbarán, hijo de padres españoles, significa un referente para salvar esa laguna presente en la evolución de la escultura novohispana.
El retablo construido por Orbarán fue uno de los primeros trabajos encargados al artífice poco después de haber llegado al Archipiélago, de manera que permite tomarle como referencia para entender el rumbo y características del retablo novohispano de aquellos años, Orbarán está considerado uno de los artistas más versátiles de entre los que trabajaron en Canarias durante el siglo XVII. Sobre su lugar de nacimiento se han barajado diferentes posibilidades. Mientras unos apuntan la posibilidad de que haya nacido en la ciudad mexicana de Puebla de Los Ángeles, ya que al momento de contraer matrimonio, en la partida sus padres manifiestan ser vecino de ésta ciudad, otros apuntan un posible origen palmero, aunque, consultados los diferentes archivos parroquiales, no se ha dado con su partida de bautismo.
Sin embargo, el investigador palmero Jesús Pérez Morera señala que en 1651, el artista, dio poder para que ante la “Justicia de la Provincia de Guipúzcoa” se hiciera un informe sobre la legitimidad de sus antecesores, hecho que da pie a un posible nacimiento en tal lugar. La primera referencia que lo sitúa en La Palma es precisamente su matrimonio, contraído en la Parroquia del Salvador en 1625.
La originalidad de este retablo estriba en la fórmula seguida por su autor, Antonio de Orbarán, de situar en los intercolumnios o entrecalles todo el muestrario escultórico de todo un extraordinario apostolado, con lo que adquiere prácticamente la apariencia de once calles.
Por su parte, Pablo Vidal indica que el retablo de Tiarafe es una obra de singular importancia para el conocimiento de la escultura novohispana, es decir, de Méjico virreinal. Factores tales como los cambios de las modas estilísticas y la destrucción de los conjuntos retablísticos permiten explicar la falta de ejemplos conservados del primer tercio del siglo XVII en suelo mejicano.
En este contexto, el retablo de Tijarafe, fechado aproximadamente en 1627, y ejecutado por el joven escultor mejicano Antonio de Orbarán, hijo de padres españoles, significa un referente para salvar esa laguna presente en la evolución de la escultura novohispana.
El retablo construido por Orbarán fue uno de los primeros trabajos encargados al artífice poco después de haber llegado al Archipiélago, de manera que permite tomarle como referencia para entender el rumbo y características del retablo novohispano de aquellos años, Orbarán está considerado uno de los artistas más versátiles de entre los que trabajaron en Canarias durante el siglo XVII. Sobre su lugar de nacimiento se han barajado diferentes posibilidades. Mientras unos apuntan la posibilidad de que haya nacido en la ciudad mexicana de Puebla de Los Ángeles, ya que al momento de contraer matrimonio, en la partida sus padres manifiestan ser vecino de ésta ciudad, otros apuntan un posible origen palmero, aunque, consultados los diferentes archivos parroquiales, no se ha dado con su partida de bautismo.
Sin embargo, el investigador palmero Jesús Pérez Morera señala que en 1651, el artista, dio poder para que ante la “Justicia de la Provincia de Guipúzcoa” se hiciera un informe sobre la legitimidad de sus antecesores, hecho que da pie a un posible nacimiento en tal lugar. La primera referencia que lo sitúa en La Palma es precisamente su matrimonio, contraído en la Parroquia del Salvador en 1625.
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