martes, 15 de noviembre de 2011

"LOS JÓVENES Y LA ESPERANZA"

"Recuerdo una de las primeras palabras de Juan Pablo II. Se dirigió a la Plaza de San Pedro y con esa contundencia que le caracterizaba dijo: “Los jóvenes sois mi esperanza, sois la esperanza de la Iglesia”.

No cabe duda de que los jóvenes suponen uno de los grandes retos de la Iglesia. Y cuando hablo de Iglesia, hablo de todos nosotros, los cristianos, porque debemos tener claridad de pensamiento y entender que somos una Iglesia universal, no solamente local, y que es fundamental la comunión con el Santo Padre, además de nuestro Obispo.

Sabemos que muchos jóvenes responden a la propuesta sobre la llamada de Cristo, pero si ellos son la esperanza, también son el futuro. Porque, el reto no es sólo para la Iglesia, sino para toda la sociedad.

Es normal que una sociedad desarrolle cambios culturales, pero debemos tener un exquisito cuidado con lo que se le propone a la juventud. Ahora tenemos una oportunidad para aprender y desgranar todo lo relacionado con los jóvenes: quiénes son en la sociedad, qué preocupaciones tienen, cuál es su futuro… es la oportunidad que nos ofrece en los próximos días la “XXVI Semana de Teología”, bajo el título de “Jóvenes y Teología: nuevos lenguajes en la Pastoral de Jóvenes”, con un cuadro de profesores de lujo.

Si hace poco hablaba de los signos de los tiempos, debemos incluir esas nuevas formas de comunicación de los jóvenes, porque tenemos la necesidad de acercarnos a ellos en su propio ambiente, ponernos en la carne de sus propias preocupaciones. ¿Cuáles son estas formas de comunicación? Ya habrán oído hablar de ellas: aquellas que ofrecen internet y las nuevas tecnologías.

El decreto “Apostolicam actuositatem” del Concilio Vaticano II señala: “Los jóvenes tienen en la sociedad actual un papel de extraordinaria importancia. Sus condiciones de vida, su modo de pensar y sus relaciones con la propia familia han cambiado notablemente”. Igualmente, en el mensaje preliminar de la JMJ 2011, Benedicto XVI advierte que “hay una fuerte corriente de pensamiento laicista que quiere apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad, planteando e intentando crear un paraíso sin Él”. (Francisco Castro, periodista y estudiante de ciencias religiosos).

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