El beato jesuita lagunero José de Anchieta sirvió de punto de encuentro de la ciudad brasileña a la que da nombre y la que le vio nacer en el siglo XVI, San Cristóbal de La Laguna. Sobre su figura versó una reunión acontecida la pasada semana en la Casa de los Capitanes entre el alcalde lagunero, Fernando Clavijo, y su homólogo de Ciudad de Anchieta, Edival Petri.El alcalde brasileño, acompañado de un representante eclesiástico y un periodista de esta urbe del estado de Espíritu Santo, presentó su propuesta de hermanar a ambas ciudades, idea que fue acogida de buen grado por Fernando Clavijo, en correspondencia “a la enorme importancia de José de Anchieta para ambas localidades, cuya vida y obra ha dejado una huella cultural indeleble en nuestra historia común y es un ejemplo de la histórica relación entre Canarias y América”, indicó el regidor lagunero.
Aprovechando su visita, la comitiva brasileña conoció la Casa de Anchieta, señero inmueble histórico de la ciudad de La Laguna, relacionado con el beato y su familia, que será en el futuro un espacio cultural de carácter multifuncional en el cual tendrá un especial protagonismo la difusión del legado de José de Anchieta. También visitaron la escultura del humanista lagunero situada a la entrada a la ciudad por la Avenida de la Trinidad, en la rotonda situada sobre la Autopista del Norte, obra del reconocido artista brasileño Bruno Giorgi, que fuera inaugurada en 1960 fruto de una donación del propio gobierno del país sudamericano.
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