San Sebastián se ha convertido con los años en una gran fiesta del Sur de Tenerife. Así queda demostrado por la gran afluencia de gente que se da cita en el sitio de La Enramada, que acogió este viernes a más de veinte mil personas relacionadas.
El día grande de San Sebastián comenzó a primera horas de la mañana, con la santa misa en la iglesia de Santa Úrsula. Una vez concluido los oficios religiosos, la venerada imagen partió desde el templo hacia el mar, precedida por una comitiva de jinetes, quienes a lomos de sus caballos sorprendieron un año más a los curiosos congregados en la zona, con su habilidad a la hora de introducir a los animales en el mar, un espectáculo que combina la devoción a San Sebastián, el amor por los animales y la superación personal de cada uno de ellos.
Además de este singular encuentro ecuestre, todos los presentes, pero de manera muy especial los más pequeños, disfrutaron con el paseo romero acompañado de bueyes, vacas, cabras, ovejas, camellos y perros pastores. Este concluyó en la misma orilla del mar, donde el cura-párroco procedió a la bención con agua marina de los animales. Posteriormente, la santa imagen hizo su habitual recorrido hasta la Plaza de San Sebastián, donde el párroco procedió a la bendición de los animales.
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