“Queridos amigos: cuando queremos decir que existen personas que saben lo que tienen que hacer y que están preparadas para hacerlo o decirlo, solemos decir “doctores tiene la Iglesia”. Algo así como “ellos sabrán”. Indica un acto de confianza en quien lo dice, pero no está exento el refrán de cierta ironía en aquello mismo que subraya.
Doctores tiene la Iglesia: título expedito por una Facultad de Teología legítimamente erigida con autorización de la Congregación para la Educación Católica. Doctores tiene la Iglesia que dedican la vida a la investigación y la docencia de la disciplina que pretende pensar la fe, exponer de forma comprensible la fe, deducir de los datos revelados las consecuencias para una vida conforme al misterio de Cristo. Sí, los tiene, tiende doctores.
Hace pocos días confirmaba el Papa que el próximo 7 de octubre, San Juan de Ávila, patrón del clero español, sería declarado “Doctor de la Iglesia”. Por tanto, cinco siglos después de su muerte, la Iglesia lo declara Doctor.
Y he recordado el refranero. Y me acabo de sentir en paz. Porque esos doctores, que dedicaron la vida al servicio de la verdad y el bien, que ofrecieron en sus escritos, en sus palabras el testimonio genuino de una vida en Cristo, que murieron enarbolando la bandera de la fidelidad, dejando huella y siendo testigos, esos sí que son “doctores de la Iglesia”.
Son tenidos como maestros y testigos, porque enseñaron y vivieron; porque nos dieron la más elocuente explicación: ofreciendo la vida como ofrenda a la verdad.
Si, amigos: “Doctores tiene la Iglesia”. Con afecto, y como siempre, un amigo” (Juan Pedro Rivero, para el programa de radio “El Espejo” de la Diócesis).
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