Concluyeron este domingo las dos convivencias que celebró el Seminario, tanto con los seminaristas del mayor (Las Eras) como con los seminaristas del seminario menor (Playa Santiago - La Gomera).
Han sido días para renovar la vida comunitaria, para hacer presente en estas zonas de la Diócesis la alegría de "haber sido llamados por el Señor" y para profundizar en la alegría compartida de responder al Señor.
Los seminaristas del Seminario Menor han tenido la posibilidad de realizar los Ejercicios Espirituales del curso Sixto Pérez, párroco de Hermigüa y Agulo, los dirigió a los de los últimos cursos de la ESO y el Bachillerato. "No hace tanto tiempo -expresó Sixto- yo también estaba en el seminario menor y ahora estoy con ellos dirigiéndoles los Ejercicios. Ha sido una alegría esta experiencia".
Por su parte, los seminaristas del Seminario Mayor, en la Casa Betania de Las Eras, han reflexionado sobre la dimensión pastoral de la formación. Llamados por el Señor "para servir como pastores". Toda la formación sacerdotal ha de tener esa dimensión como objetivo absoluto y fundamental: ganar un corazón de pastor al ejemplo del Buen Pastor. Crecer por dentro como pastores con el estudio, con la espiritualidad, con el esfuerzo por el crecimiento humano, con la experiencia de vida comunitaria, con las actividades pastorales que se van realizando. Días de vida comunitaria a orillas de la mar, generando una experiencia fuerte en este sentido. Y ahora, a continuar... A seguir sirviendo al Señor en cada momento de la vida en el Seminario.
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