El Obispo Nivariense
ha lamentado la pérdida del sacerdote dominico Jesús Mendoza, prior de la
basílica de Candelaria. “Puso en
práctica de modo excelente lo que se pide a todos los cristianos: la oración,
la predicación y las obras de caridad” – indicó.
Álvarez reconoció estar “triste” ya que estamos ante “una gran pérdida tanto de una
persona, como de un religioso y un sacerdote”. “echaremos de menos su talante
de acogida, su sencillez, su vigorosa predicación y atención a tantos
peregrinos que acudían a los pies de la Virgen de Candelaria. A pesar de sus
achaques de salud, no esperaba su partida a la Casa del Padre”.
Valorando su trayectoria pastoral el obispo indicó que era “un cristiano que puso en práctica de modo excelente lo que se nos pide a todos los cristianos: La oración, la predicación y la práctica de la caridad cristiana”. Vivió y cuidó mucho la devoción a la Virgen de Candelaria; ayudó a muchos a tener una correcta devoción a la Virgen. Orientó adecuadamente a la práctica de la dimensión caritativo social de la fe en la devoción mariana. También, como párroco y prior se esforzó e impulsó iniciativas de cara a la formación, la catequesis, la predicación, etc”. Además, el prelado nivariense señaló que en varias ocasiones fue elegido presidente de la Confederación de Religiosos Españoles (CONFER) en Tenerife, “donde realizó un buen servicio”.
Su preocupación por
las obras de caridad fue otro de los aspectos que destacó Bernardo Álvarez, ya
que cuidó e impulsó, “tanto la Cáritas parroquial, como la obra social residencia Virgen de
Candelaria para ancianos”.
Los problemas de salud
que acompañaron al padre Jesús Mendoza “no le hicieron perder su capacidad de
entrega, su buen humor. Yo he sentido mucho su pérdida: Me uno a la familia, a
los padres dominicos, así como a tantísimos fieles que lamentan su pérdida.
Dios premiará sus esfuerzos y desvelos”.
Por último, el Obispo
no quiso de ninguna manera dejar de destacar el hecho de que Mendoza había
secundado la iniciativa del entonces obispo, Felipe Fernández, de trasladar
cada siete años, alternativamente, la imagen de la Virgen de Candelaria a Santa
Cruz y La Laguna. “Siempre procuró darle un sentido pastoral adecuado a estas
acciones”- destacó.
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