
En este sentido, Abrante habló de urgencia pastoral para referirse al acompañamiento e iniciación cristiana de los más jóvenes. Igualmente defendió la necesaria relación entre teología y praxis, entre reflexión y acción, de ahí el lema de la semana. En otro momento, también expuso lo que significaban los nuevos lenguajes en los que habitan los jóvenes, explicitando algunos de ellos. El ponente apostó por el término pastoral de jóvenes frente a otras opciones, ya que para el mismo expresa mejor el hecho de que a la pastoral con estas personas no se va de visita, sino para quedarse, para acompañar a los jóvenes, de cara a que ellos mismos sean los evangelizadores de otros jóvenes.
En la recta final de su disertación, Alejandro Abrante recordó la centralidad del Espíritu en la evangelización y en el corazón del evangelizador, además de insistir en la necesidad de planificar debidamente la pastoral de jóvenes. Por último, explicitó un decálogo a modo de características de la acción pastoral con los jóvenes, a saber: acompañamiento personal, humildad pastoral, no confundir los jóvenes con los adolescentes, protagonismo del joven, complicidad pastoral, utopía de lo pequeño, trabajo en red, encuentro personal con Cristo, acogida incondicional del joven, y el imprescindible testimonio.
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