El Obispo presidía a mediodía de este jueves la Eucaristía de fin de curso en la capilla del Seminario Diocesano.En la celebración, además de dar gracias por este curso, también fue confirmado Ángel, un seminarista de 2º de bachillerato.
En su homilía se preguntaba Bernardo Álvarez, si al rezar el padre nuestro, y decir "hágase tu voluntad", de verdad nuestras palabras se corresponden con nuestro deseo de que se haga la voluntad del Señor en nuestra vida. Si al pedir al padre que perdone nuestras ofensas, como nostros perdonamos a los que nos ofenden, si lo que pedimos, de verdad, lo deseamos.
La primera actitud en la oración dirigida a Dios -dijo- es desear de corazón aquello que se está pidiendo. Si al igual que María nos confiamos de tal modo a Dios se puede cumplir su voluntad en nuestra vida- subrayó el prelado.
Por otro lado, el Obispo expuso que llegado el fin de curso era el momento de dar gracias a Dios por lo que nos ha dado, y de reflexionar si lo hemos sabido aprovechar bien. Es, por tanto, momento de dar gracias y de pedir perdón. Hemos de tener, propuso, un corazón dispuesto para recibir todo lo que Dios nos da, pero tambien- precisó- es necesaria nuestra disposición.
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