martes, 23 de agosto de 2011

CARTA DEL NUEVO PÁRROCO DE S. MIGUEL ANTE SU TOMA DE POSESIÓN

Queridos hermanos: ¡La Paz del Señor esté con vosotros!

Hace unos meses que nuestro Obispo D. Bernardo me comunicó que orara y me pensara el ser vuestro párroco. Lo acogí, con el espíritu de disponibilidad que quisiera tener siempre como sacerdote de Jesús, desde el día de mi ordenación; poner mi persona al servicio de la Iglesia por medio del Obispo, allí donde se me necesite.

Les hago una confidencia personal: todo cambio cuesta, aunque haya estado en diferentes destinos pastorales. Pero serlo de San Miguel de Abona me causa una mezcla de sentimientos: por una parte, la alegría de sentirme llamado por el Señor a servirles, desde mi pobre persona, pero sabiendo que sirvo al Señor presente en ustedes. Por otra parte, el temor, ya que después de unos sacerdotes "ejemplares" voy a ustedes con mi pobreza. Tengo el temor de si no seré en manos de Dios, el instrumento adecuado que Él quiere para ustedes.

Con ilusión, con muchísima ilusión de continuar la obra que el Señor comenzó en ustedes. La ilusión de seguir construyendo juntos las parroquias, las comunidades vivas y unidas, ´el hogar donde todos cabemos y nadie sobra ¨. Ésta es una tarea tremendamente ilusionante. Desde que el Obispo me comunicó la misión de ser vuestro párroco, he estado orando por ustedes, para ser el sacerdote que Dios quiere. Me siento ENVIADO por el Señor, desde mi ministerio sacerdotal, poniendo mi persona al servicio de la Iglesia y, en definitiva, de ustedes, con total disponibilidad.

Algunos puede que me conozcan, otros no. Permítanme una breve presentación: me llamo Manuel González Marrero y nací hace cuarenta y siete años, en Charco del Pino -Granadilla de Abona- . Desde muy niño, a los ocho años, mi familia se trasladó a vivir a Los Rodeos (La Laguna). Será a los trece años cuando, sintiendo que el Señor me llamaba y, ayudado por mi confesor, ingresé en el Seminario Diocesano. Y el 27 de noviembre de 1988 fui ordenado sacerdote de manos de nuestro Obispo Emérito D. Damián.

Estrené mi sacerdocio en la isla de La Palma: Garafia y Tazacorte, para luego quedarme en Garafia hasta 1992, cuando fui trasladado a Güímar . Pero a los nueve meses, nuestro Obispo D. Felipe me necesita en el Seminario Diocesano, como director espiritual del Menor. Hasta que en el 2005 será también Don Felipe quien me envíe a San Francisco de Asís y Nuestra Sra. del Pilar y Santiago Apóstol en Santa Cruz de La Palma. Y ahora se me envía a ustedes….

Me he sentido muy feliz en el ejercicio de mi ministerio sacerdotal; que el Señor haya podido acercarse, bendecir y amar a su gente por medio de mi persona. Esto me invita a desear estar con ustedes, como hermano, como creyente y, también, como pastor. Pastor, como el que tiene que presidir la comunidad, desde una autoridad que es servicio, al modo de Jesús.

Les pediría que me tengan presente en sus oraciones, para que sea el párroco-pastor que Dios quiere para San Miguel……. Y a todos, un deseo que se convierte en petición: unión, colaboración y ganas de trabajar, por hacer a Cristo más presente en nuestras vidas y en la comunidad cristiana que el Señor desea.

Pongo desde ahora mi ministerio en el corazón inmaculado de la Virgen Madre de Candelaria, San Miguel Arcángel, San Roque, San Esteban…..Y de una forma muy especial y cariñosa ante nuestro querido Hermano Pedro. Esperando vernos muy pronto, 26 de agosto, a las 19 horas. ¡Paz y Bien! Manuel González Marrero.

Viernes, 29 de Agosto. A las 19.00 horas.
"El que quiera servirme, que me siga y donde yo esté, allí estará también mi servidor"(Jn 12, 26).

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