miércoles, 17 de agosto de 2011

EL PÁRROCO DE GRANADILLA DE ABONA CELEBRÓ SUS BODAS DE PLATAS SACERDOTALES

El pasado 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María, tuvo lugar en la Iglesia Matriz de Granadilla de Abona, la Eucaristía Solemne de acción de gracias con motivo del 25 aniversario de la ordenación sacerdotal del actual párroco del primer templo granadillero, Jesús Pérez Báez.

Este sacerdote nació el día 29 de mayo de 1961 en Venezuela. Su familia se había trasladado a la octava isla por trabajo, pero en la infancia de Don Jesús, vuelven a Tenerife, a Santa Cruz más concretamente. En 1980 ingresa en el Seminario Diocesano de Tenerife, es ordenado sacerdote para el servicio a Dios y a los hombres el 15 de agosto de 1986. Cumple su primer destino desde 1986 hasta 1991 como párroco a las parroquias de Playa Santiago y Alajeró, en la isla de La Gomera. Más tarde pasará a ser párroco de Los Gigantes, Puerto Santiago, Alcalá y Playa San Juan desde 1991 hasta 2005. Durante el curso pastoral del 2004-2005 fue nombrado arcipreste del arciprestazgo de Isora. Desde 2005 hasta 2008 es enviado a desempeñar varias tareas pastorales a la vez: fue director espiritual del Seminario Menor de Tenerife, Delegado diocesano de Espiritualidad, Director de la Casa de Espiritualidad Nuestra Señora de Candelaria en Santa Cruz, y también es durante estos años es párroco de las parroquias del Camino de la Villa y del Coromoto en La Laguna. A partir de septiembre de 2008 ejerce su ministerio como párroco en la Villa de Granadilla de Abona y en Los Blanquitos y, desde 2010, es párroco también de Charco del Pino.

La Eucaristía de acción de gracias comenzó a las 19:00 horas, y en ella participaron gran cantidad de sacerdotes, amigos y compañeros del homenajeado. La misa contó con la participación de todos los grupos y representantes, que conforman la comunidad parroquial. Durante su homilía destacó que estos 25 años como presbítero han sido una bendición. “Sinceramente ser sacerdote es lo mejor que me ha pasado en la vida”. Cuando era pequeño le decía a Dios: Señor, lo que quieras menos cura, menos mal que no me escuchó. Una vez finalizada la celebración, el sacerdote recibió la enhorabuena de todos los presentes, quienes besaron sus manos y recibieron una estampa conmemorativa del aniversario, para continuar con un pequeño ágape, durante el cual agradeció todas las muestras de afecto y cariño que ha recibido en estos días.

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