El joven Antonio David Arteaga fue el diocesano que más cerca estuvo ayer de Su Santidad Benedicto XVI. “Alucinante. Estoy sin voz y creo que es de los nervios. Estaba ahí, a un metro de mí. Si hubiese alargado la mano habría podido tocar al Papa”, declara emocionado a Diario de Avisos.
Arteaga ocupó un lugar de excepción, como representante de los jóvenes de la dióceis, en el altar ubicado en la céntrica plaza de Cibeles, a pocos metros del Pontífice. “Es una sensación que no puedo explicar. Lo miraba, estaba tan cerca... Cuando él te mira parece que sólo existes tú, que no hay nadie más para él”, explica el joven, natural de Taco, con la voz entrecortada por la emoción pocos minutos después del final del encuentro. Si quieres leer íntegra sus declaraciones a Diario de Avisos, pincha aquí
Arteaga ocupó un lugar de excepción, como representante de los jóvenes de la dióceis, en el altar ubicado en la céntrica plaza de Cibeles, a pocos metros del Pontífice. “Es una sensación que no puedo explicar. Lo miraba, estaba tan cerca... Cuando él te mira parece que sólo existes tú, que no hay nadie más para él”, explica el joven, natural de Taco, con la voz entrecortada por la emoción pocos minutos después del final del encuentro. Si quieres leer íntegra sus declaraciones a Diario de Avisos, pincha aquí
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