La Sierva de María, Sor María Catalina Irigoyen Echegaray, fue beatificada el día 29 de octubre de 2011, en la Catedral de la Almudena. La tarde de este domingo, el obispo ha presidido una Misa en la Catedral para dar gracias a Dios por este hecho. La comunidad de las siervas presentes en su casa de La Laguna estaba en la eucaristía, junto a los grupos de laicos y voluntarios de las Siervas visitadoras de enfermos.
Con su vida y sus virtudes, la beata Irigoyen es un modelo de amor incondicional a Dios y al prójimo para cada Sierva de María y para todos aquellos que desean vivir a fondo su compromiso cristiano. Nos estimula a imitarla en su profunda vida de oración, en su amor a la Eucaristía, que será siempre el hilo conductor de su vida, el motor de su existencia y el centro de su corazón, en su afán de servir a los demás; fruto sin duda alguna de ese amor de Dios que ardía en su corazón y que con toda sencillez repartía a manos llenas con los enfermos que cuidaba, con sus Hermanas de Comunidad y con todas aquellas personas que encontraba por las calles de Madrid.
El ejemplo de santidad de Sor María Catalina, nos habla más que con palabras, con el testimonio de su fidelidad de vida y nos cuestiona acerca de nuestra valentía y entrega en el seguimiento de Cristo.
Con su vida y sus virtudes, la beata Irigoyen es un modelo de amor incondicional a Dios y al prójimo para cada Sierva de María y para todos aquellos que desean vivir a fondo su compromiso cristiano. Nos estimula a imitarla en su profunda vida de oración, en su amor a la Eucaristía, que será siempre el hilo conductor de su vida, el motor de su existencia y el centro de su corazón, en su afán de servir a los demás; fruto sin duda alguna de ese amor de Dios que ardía en su corazón y que con toda sencillez repartía a manos llenas con los enfermos que cuidaba, con sus Hermanas de Comunidad y con todas aquellas personas que encontraba por las calles de Madrid.
El ejemplo de santidad de Sor María Catalina, nos habla más que con palabras, con el testimonio de su fidelidad de vida y nos cuestiona acerca de nuestra valentía y entrega en el seguimiento de Cristo.
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