jueves, 20 de mayo de 2010

MEDIO SIGLO CON LA IGLESIA LATINOAMERICANA


La hermana Socorro Rodríguez Mesa, religiosa de María Inmaculada, es natural de Güímar y tiene 79 años. Ha trabajado en América: 18 años en Argentina, 4 en Uruguay, 13 en Colombia, 9 en México y lleva 14 en La Habana, Cuba. En estos días se encuentra de visita en nuestra Diócesis Nivariense.

Actualmente, Socorro desarrolla su trabajo en un Asilo. “Me gusta cantarles a los mayores y les suelo dar un caramelo. Un gesto sencillo pero que ellos agradecen mucho, porque si bien aquí un caramelo es algo de lo más común, allá, a veces, que no se consigue.”

Esta religiosa ha señalado que en América latina las celebraciones son muy vividas y se enriquece mucho la liturgia. “Allá se vibra mucho con las eucaristías. Siempre están llenas de cantos.”
Por otro lado, Socorro indica que los jóvenes en La Habana tienen muy metida en la cabeza la idea del comunismo. “Hay jóvenes que crecen con la ideología del Ché pero las abuelas, sobre todo, se preocupan de llevar a los niños para que se preparen para la primera comunión.”

Tras la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, Fidel Castro estableció como día de fiesta el 25 de diciembre. Socorro indicó que algunos han querido borrar de la memoria esa visita pero, en realidad, sigue perenne. “El cristianismo se empezó a conocer más vivamente tras la visita del Santo Padre. Antes había mucha ignorancia. A modo de anécdota, recuerdo que una mujer se acercó a mí y me dijo: “Oye, en la plaza todo el mundo repite lo mismo ¿cuándo ensayaron?”

“En Cuba si quieres ir a misa lo puedes hacer libremente. El problema empieza cuando quieres expresar la fe en el exterior del templo, por ejemplo con las procesiones. No siempre te dan el permiso.”

En cuanto a la mezcla de creencias, la religiosa señaló que en Cuba, la cantidad de santeros es impresionante. “Cada vez hay más. Pero yo pienso que Dios ve el corazón de cada uno.”

Socorro Rodríguez Mesa no quiso desaprovechar la oportunidad para mandar un mensaje a los diocesanos. “Ayúdennos, si no personalmente, a través de la oración que la necesitamos mucho. Un abrazo a todos”.

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