miércoles, 23 de marzo de 2011

CARTA DE LA MISIONERA TINERFEÑA EN JAPÓN

Hola a todos los diocesanos. Es una alegría poderme comunicar con todos, aunque las circunstancias no sean las mejores para hacerlo. La zona donde yo vivo no ha sufrido daño alguno. Sólo tuvimos alerta de tsunami por aquellos días. Yo vivo ahora mismo en la Provincia de Yamaguchi, en la parte sur de la isla de Honshu, la mayor, donde ha ocurrido la catástrofe. Estamos a más de mil kilómetros de distancia, así que no hemos notado siguiera los movimientos de tierra. Lo que hemos sentido es impotencia y mucha pena por las personas desaparecidas, por los fallecidos, por la situación de los supervivientes...

Poco a poco todo va volviendo a la normalidad, y los accidentes en las Centrales Nucleares parecen estar controlados, de momento. Las personas que vivían cerca de las centrales fueron desalojadas, y están quedándose en los gimnasios de algunos colegios. El jefe de las centrales fue hoy a visitarlos, a pedir perdón y a darles esperanza, porque tal vez puedan volver a sus casas más pronto de lo que se pensaba.

En la zona que sufrió el tsunami, como todos saben, está el desastre mayor. Los datos de hoy son ya de veintidos mil, entre fallecidos y desaparecidos. La situación de los supervivientes es bastante triste, ya que se han quedado sin nada, e incluso sin muchos parientes...Ellos siguen acogidos en centros escolares, y son miles y miles. Para ellos está llegando la ayuda tanto internacional como nacional. Los transportes que llevan la gasolina no podían circular por toda esa zona, por eso, al no haber gasolina, tampoco se podía distribuir sus alimentos y otras cosas básicas que se les enviaba. Por medio del Ejército y vehículos oficiales les ha podido llegar por fin. Y hoy han anunciado que los transportes que llevan la gasolina ya han empezado a circular, así que en unos días la situación se normalizará.

Ha sido muy bonito ver tanta solidaridad. Todo Japón se movilizó enseguida para ayudar a los damnificados; y también muchos otros países. Estas personas que lo han perdido todo también han sido un ejemplo para todos. A pesar de la dura situación nadie se queja. Lo que hacen es dar gracias en todo momento por la solidaridad que ven hacia ellos.

Tokio y otras ciudades cercanas a la zona de la catástrofe están aún sufriendo las consecuencias. Pero, igualmente, nadie se queja. Todos saben que hay muchas personas que lo están pasando mucho peor. En estas ciudades hay cortes de luz, no se encuentran cosas básicas en los supermercados, algunas líneas de trenes no funcionan, y las que lo hacen no tienen un horario regular (debido a la preocupación por los accidentes en las centrales nucleares)...Todo esto sería un gran problema en un día normal, pero ahora nadie hace problema, al contrario, agradecen lo poco que hay. Desde aquí muchos familiares han mandado comida, pilas, velas y otras cosas básicas a los parientes que viven por esas zonas (tampoco nosotros encontramos pilas en las tiendas de aquí) De todas formas, muy poquito a poco todo va volviendo a la normalidad.
Me alegro mucho de haberme comunicado con ustedes. Mañana salgo de Ejercicios hacia la zona de Tokio, así que ya les contaré a la vuelta cómo estaba la situación. Después de los Ejercicios iré a visitar a nuestras hermanas de Tokio y de Chiba, otra zona más cercana a la catástrofe. Un abrazo muy fuerte. Estamos unidos en Cristo Jesús. Luisi González

1 comentario:

Hombres Nuevos dijo...

En nombre del Movimiento Hombres Nuevos queremos mostrar nuestro apoyo a Luisi, ya que muchos militantes la conocemos porque ha compartido en repetidas ocasiones su experiencia con nosotros. También transmitir nuestro pesar a todas las personas afectadas por las catástrofes en Japón, y ofrecerles nuestra humilde oración, para que el Señor les mantenga la esperanza.
Un abrazo en Cristo.
Movimiento Hombres Nuevos.-