domingo, 20 de marzo de 2011

RESPONDER, Y ÉL SE ENCARGA DEL RESTO. TESTIMONIOS DE TRES SEMINARISTAS ANTE EL DIA DEL SEMINARIO

Este año el lema escogido para la jornada del Día del Seminario es ‘El sacerdote, don de Dios para el mundo’, una frase pronunciada por Benedicto XVI tras el rezo del Ángelus el 13 de junio de 2010, ante una multitud de sacerdotes, venidos de todas partes del mundo, para la conclusión del Año Sacerdotal, que el Santo Padre había convocado un año antes para conmemorar el centenario de la muerte de san Juan María de Vianney.

De los 23 seminaristas mayores y de los 18 seminaristas menores que hay actualmente en nuestro seminario –“Corazón de la Diócesis”- Elisuan, David y David fueron los que –en nombre del resto de compañeros- compartieron su testimonio con los oyentes de COPE TENERIFE Y COPE LA PALMA, en "El Espejo de la Diócesis".

ELISUAN.
Es natural de Charco del Pino (Granadilla de Abona). Lleva doce años en el Seminario. Hoy domingo 20 de marzo recibe el ministerio del acolitado. La vida en el seminario “me aporta, en primer lugar, crecimiento humano (disciplina, exigencias, capacidades para relacionarse,…)”, y por otra parte, la oración, la celebración de la eucaristía, la dirección espiritual te facilitan el encuentro con Jesús y te ayudan a objetivar la vocación”.

Sobre su paso por el seminario menor: “Nunca en el seminario menor –cuando era más joven- me dijeron ´lo tuyo es ser sacerdote´. Todo lo contrario, me decían: ´plantéatelo, pregúntale a Dios, tienes que averiguar si es verdadera llamada o solo es el deseo de ser como tu párroco´.

Valora y agradece que “los superiores, los formadores le acompañen desde la honestidad, es decir, que te digan ´que esto es duro, que te va a costar, que te vamos a exigir´, en una palabra, que no te escondan o disimulen el sufrimiento del camino. Y que al mismo tiempo te digan que puedes contar con Dios, por supuesto, y con ellos”.

Mi experiencia es “que Dios me lo ha dado todo”.

DAVID.
Es natural de Los Llanos de Aridane (La Palma). Lleva tres años en el seminario mayor. Ingresó en el mismo después de su paso por la Universidad. El testimonio de un sacerdote fue vital para él. Considera la familia cristiana “como el mejor caldo de cultivo para el nacimiento de una vocación al sacerdocio”.

Para David, “vivir anteriormente en una residencia de estudiantes ha contribuido mucho para entrar en la dinámica de la vida disciplinada y exigente en el seminario”. Además, agradece mucho el papel de sus formadores “que se hacen sentir cercanos, acompañando ´al lado´, no desde una posición". En este sentido, está de acuerdo con Elisuan que “la respuesta a Dios necesita de cauces de respuesta, de mediadores”.

Este joven palmero recomienda vivamente asistir a los llamados “cursillos de discernimiento” en –dice enfatizando- ´la casa, el edificio del seminario´ para tener la oportunidad de tomar una decisión” lo más objetiva posible". Y esto –añade nuevamente- “saborearlo en ´la casa´ del seminario”.

A quienes contribuyen con su oración y aportación económica al Seminario les dice simplemente “gracias por estar”.

DAVID.
Es natural de Breña Alta (La Palma). Lleva ya cuatro años en el seminario menor. Tiene un primo sacerdote y agradece mucho “a mi abuela todo lo que me enseñó con sus palabras y ejemplo”. Nunca sus padres se negaron para que entrase al seminario, pero “si me decían que esperara unos años más, pues cuando se los comenté tan solo tenía 13 años”.

El más benjamín de los tres sonrió cuando habló de la reacción de sus amigos ante su decisión: “algunos me decían ´cabreados´ que estaba loco”, pero ahora “me ven con naturalidad”.

Se fijaba mucho en el sacerdote de su parroquia, “… cómo trataba a la gente, pero especialmente cuando se sentaba a confesar…”. Y añadió: “Verlo sentado en el confesionario en la parte de atrás de la Iglesia me hablaba de entrega,… entonces sentía algo dentro de mí” (que no supo definir).

A pesar del cambio radical que suponía ingresar en el seminario (lejos de la familia, de La Palma, de sus amigos,…), ahora –después de cuatro años- “siento a mis compañeros como si fuesen familia tuya”.

Invita a todos a que “se acerquen al seminario, que somos una familia que queremos conocer a la gente que nos ayuda con su oración y con su contribución económica”.

El resto de los testimonios de Elisuan, David y David, lo podrás escuchar en los archivos sonoros de la derecha.

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