miércoles, 27 de abril de 2011

40 DIOCESANOS PEREGRINARÁN A ROMA PARA LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II


Juan Pablo II será elevado a los altares el próximo 1 de Mayo, primer domingo después de Pascua, día que el propio Karol Wojtyla dedicó a la divina misericordia. La ceremonia de beatificación se celebrará en la plaza de San Pedro, a las 9:00 horas y estará presidida por el Papa Benedicto XVI.

Cuarenta personas de nuestra diócesis se desplazarán mañana a Roma para participar en los actos religiosos que se desarrollarán a lo largo del fin de semana en la ciudad del Vaticano. El responsable diocesano de peregrinaciones, Juan Carlos Alameda, ha indicado que se trata de un día histórico. “Tenemos la suerte de que muchos de los que vamos a esta peregrinación, hemos conocido personalmente a Juan Pablo II. Experimentar la beatificación de alguien que hemos conocido nos ayuda a seguir adelante en nuestro caminar en la fe”. Alameda añadió que la intención del grupo de diocesanos que acudirá a Roma se resume en las palabras del inicio del pontificado de Juan Pablo II: No tengáis miedo, abrid las puertas de par en par a Cristo. “Sobre todo, en este tiempo pascual –señaló Alameda- se hace necesario abrirse sin miedos a la gracia de Dios”.

Candelaria Díaz, natural de Vilaflor, es una de las participantes en esta peregrinación. Díaz señaló que esta beatificación es un acto trascendente para toda la Iglesia Católica. “Estoy sumamente emocionada y doy gracias a Dios por poder participar en este acontecimiento. Juan Pablo II es un santo que supo unir a la juventud y a muchas personas del mundo cristiano”.
Candelaria Díaz añadió que ella tuvo la oportunidad de estar junto al Santo Padre en la canonización del Hermano Pedro, en Guatemala, en 2002. “Fue una experiencia inenarrable” –recuerda Díaz. “Todo lo que realizaba Juan Pablo II tenía una trascendencia espiritual y humana impresionante”.

Por otro lado, cabe señalar que varios sacerdotes de nuestra Diócesis Nivariense fueron ordenados presbíteros por Juan Pablo II: Daniel Padilla, Diego Carmelo, Manuel Ángel Izquierdo y Fernando Matías. Uno de ellos, Diego Carmelo Rodríguez, recuerda el día de su ordenación con mucho cariño y, según indicó, aún conserva, en audio y por escrito, las palabras que el Santo Padre pronunció en la celebración. “Ser sacerdote es un regalo, pero ser ordenado presbítero de manos de aquel que es vicario del Señor aquí en la tierra, es algo muy grande. De vez en cuando, leo las palabras que nos dirigió Juan Pablo II en el día de la ordenación porque me ayudan a revitalizar mi propio sacerdocio”.

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