El Obispo, Bernardo Álvarez presidió hoy la Misa Crismal en la iglesia de la Concepción de La Laguna (Sede Catedralicia). Esta Eucaristía que celebra el Obispo con todos los presbíteros de la diócesis, es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo y signo de la unión estrecha de los presbíteros con él. En ella, se consagró el Santo Crisma y se bendijeron los óleos de los catecúmenos y de los enfermos.
En este momento, en la diócesis de S. Cristóbal de La Laguna hay 312 parroquias que atienden pastoralmente 151 párrocos. Hay, además, 27 sacerdotes con alguna actividad pastoral, 21 curas jubilados y 6 sacerdotes trabajando pastoralmente en América. Por otro lado, la Diócesis Nivariense cuenta con 28 religiosos con alguna encomienda pastoral. Desde la pasada Semana Santa hasta ahora, se han ordenado en esta iglesia diocesana cinco presbíteros y han fallecido 8. En cuanto a la media de edad, ésta se sitúa en los 56 años, aproximadamente.
La mayor parte de estos sacerdotes desarrollan su ministerio en la isla de Tenerife. Luego le siguen La Palma, La Gomera y, por último, la isla de El Hierro en la que desempeñan su labor pastoral 3 jóvenes curas.
Más de un centenar de ellos participaron en esta singular eucaristía del Martes Crismal en la que renovaron, ante el Obispo y el Pueblo de Dios, las promesas sacerdotales que realizaron el día en que fueron ordenados. El Prelado, en su homilía, señaló que “en este día de la Misa Crismal, damos gracias a Dios por un doble motivo: porque ha llamado y constituido a los presbíteros en ministros-servidores del sacerdocio de Jesús a favor del mundo, y por el sacerdocio común de todos los fieles.”
Por otro lado, monseñor Álvarez indicó que al renovar las promesas sacerdotales lo que se está reafirmando es la voluntad de poner la vida al servicio del sacerdocio de Cristo. “El don siempre es lo primero –indicó el prelado-. Él nos da su Espíritu que nos constituye en ministros consagrados para una misión y se no pregunta: ¿Deseáis vivir conforme a esta vocación, a este don?”
A esta pregunta, el Obispo señaló que con el paso de los años, cada presbítero debe estar más convencido de la respuesta. “Nosotros, con mayor conocimiento que cuando fuimos ordenados, con un amor más maduro, le decimos hoy con renovada entrega: “Sí, quiero”.
Por último, Bernardo Álvarez hizo hincapié en la importancia de la oración de todo el Pueblo de Dios para que, en estos tiempos, Dios siga suscitando vocaciones.
En este momento, en la diócesis de S. Cristóbal de La Laguna hay 312 parroquias que atienden pastoralmente 151 párrocos. Hay, además, 27 sacerdotes con alguna actividad pastoral, 21 curas jubilados y 6 sacerdotes trabajando pastoralmente en América. Por otro lado, la Diócesis Nivariense cuenta con 28 religiosos con alguna encomienda pastoral. Desde la pasada Semana Santa hasta ahora, se han ordenado en esta iglesia diocesana cinco presbíteros y han fallecido 8. En cuanto a la media de edad, ésta se sitúa en los 56 años, aproximadamente.
La mayor parte de estos sacerdotes desarrollan su ministerio en la isla de Tenerife. Luego le siguen La Palma, La Gomera y, por último, la isla de El Hierro en la que desempeñan su labor pastoral 3 jóvenes curas.
Más de un centenar de ellos participaron en esta singular eucaristía del Martes Crismal en la que renovaron, ante el Obispo y el Pueblo de Dios, las promesas sacerdotales que realizaron el día en que fueron ordenados. El Prelado, en su homilía, señaló que “en este día de la Misa Crismal, damos gracias a Dios por un doble motivo: porque ha llamado y constituido a los presbíteros en ministros-servidores del sacerdocio de Jesús a favor del mundo, y por el sacerdocio común de todos los fieles.”
Por otro lado, monseñor Álvarez indicó que al renovar las promesas sacerdotales lo que se está reafirmando es la voluntad de poner la vida al servicio del sacerdocio de Cristo. “El don siempre es lo primero –indicó el prelado-. Él nos da su Espíritu que nos constituye en ministros consagrados para una misión y se no pregunta: ¿Deseáis vivir conforme a esta vocación, a este don?”
A esta pregunta, el Obispo señaló que con el paso de los años, cada presbítero debe estar más convencido de la respuesta. “Nosotros, con mayor conocimiento que cuando fuimos ordenados, con un amor más maduro, le decimos hoy con renovada entrega: “Sí, quiero”.
Por último, Bernardo Álvarez hizo hincapié en la importancia de la oración de todo el Pueblo de Dios para que, en estos tiempos, Dios siga suscitando vocaciones.
En los archivos sonoros de la derecha puedes escuchar integramente la homilia del Obispo Nivariense.
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