jueves, 7 de abril de 2011

PREGONADA LA SEMANA SANTA DE LA LAGUNA

El templo de Ntra. Sra. de La Concepción, actual sede Catedralicia, acogió la lectura del Pregón de la Semana Santa de la ciudad episcopal, S. Cristóbal de La Laguna. Ana María Oramas, ex alcaldesa de la ciudad y actual diputada nacional, fue la pregonera de esta edición de la Semana Mayor.


En el acto estaban presentes el Obispo, Bernardo Álvarez, junto a sus vicarios, el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, el alcalde de Aguere, Fernando Clavijo y miembros de la Corporación, la presidenta de La Junta de Hermandades y Cofradías -María del Mar Carballo- además de un buen número de personas.

Ana Oramas realizó un pregón “rememorando” el camino personal de su Semana Santa, la de Aguere, que se vive – sostuvo- con “una manera totalmente distinta de llorar la muerte de Jesús y de celebrar la dicha de su Resurrección.


Para ello, la pregonera realizó un “recorrido del corazón” por esas experiencias íntimas tantas veces vividas. Ese itinerario lo inició Oramas con la procesión de S. Lázaro, el quinto viernes de Cuaresma, para proseguirlo con la procesión del Encuentro de la Cuesta, donde tuvo un emotivo recuerdo para el que fuera párroco de esa zona, el padre Onofre, ya fallecido. Posteriormente, señaló en su camino, la procesión de la Madrugada del Viernes Santo, con “el Hijo del Hombre, el Cristo de La Laguna, moreno y con el dolor de los siglos, impreso en el rostro”. Contemplar cómo pasa el mártir en medio de “plegarias susurradas, rostros conmovidos y el sonar de tambores”, sobrecoge.


Después llegó el turno para la Magna, “de belleza inaudita”. Luego ya de noche, subrayó, “se hace la procesión del Silencio” donde todo es emoción. Emoción, precisamente, es la palabra que más se repitió en el pregón de este año, hecho de vivencias personales, familiares, nombres de personas, puesto que Ana María Oramas dijo sentir la Semana Santa, “llena de milagros pequeñitos, pero para mí han sido auténticas revelaciones”.


Pero, sin duda, de todo “me quedo- indicó- con la pasión, la sencillez, el respeto y el sentido común de los laguneros, con los que he vivido penas y alegrías, en un sitio, finalizó, que vive esta Semana de Pasión, de una manera “sobria y contenida”, en un lugar en el que “solo estallamos de júbilo y de alivio el domingo de Resurrección, cuando termina el sufrimiento y todo vuelve a ser como era”.


Tras la lectura de la disertación, como es tradicional, se impuso a la pregonera la medalla de esta Junta de Hermandades y Cofradías para, posteriormente, la Escuela Municipal de Música de S. Cristóbal de La Laguna, interpretar varias piezas sacras, a las que siguió la intervención de la presidenta de la Junta de Hermandades para clausurar el acto el Obispo, Bernardo Álvarez.

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