Como escribe nuestro compañero Carmelo Pérez en la prensa este domingo de la Ascención: "Hoy celebra la Iglesia la Jornada de las
Comunicaciones Sociales: con sincero agradecimiento hacia el progreso
que los medios de comunicación transmiten. Sin miedo a la riqueza que
sus múltiples sensibilidades aportan a la búsqueda de la verdad.
Con serena libertad distinguir los hechos de los intereses. Con
complicidad: nosotros también comunicamos, somos hijos del mismo Dios
que es Palabra, mensaje, anuncio. ..Yo pido a Dios por los periodistas y
por los medios de comunicación. Vendrán mejores días, seguro. Serán días
de mayor libertad, de más profundidad. Mañanas en las que saludar al sol desde nuestros medios con la certeza de estar contribuyendo a construir una sociedad mejor ....". Los pequeños pasos de muchos, también en
este ámbito, fructificarán en el futuro, sin duda, así que gratitud y oración por todos los comunicadores.
Mensaje de los obispos de la CEMCS en la XLVII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización”
Presentación
Unos días antes de su renuncia, nuestro querido Papa emérito
Benedicto XVI hizo público, en la fiesta de S. Francisco de Sales, el 24
de enero, el tradicional mensaje para la Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales, que se celebrará este año el próximo 12 de
mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor. Siguiendo la temática de
Jornadas anteriores, el Papa se centra en esta ocasión en las redes
sociales como ámbitos en los que se puede acceder a la verdad y a la fe y
nos invita a mirarlas como lugares imprescindibles para desarrollar la
evangelización.
Mensaje del Papa: Portales de verdad y de fe
Las redes sociales, como un espacio en el que la gente habita, es
algo en lo que ha insistido últimamente la enseñanza de la Iglesia y el
mensaje de este año sigue subrayando la importancia de este nuevo
espacio, “una plaza pública y abierta en la que las personas comparten
ideas, informaciones, opiniones, y donde, además, nacen nuevas
relaciones y formas de comunidad” . En esta plaza pública tiene lugar el
diálogo y el debate respetuoso que busca la verdad, refuerza la unidad y
promueve “eficazmente la armonía de la familia humana”. La plaza
pública, a la que alude Benedicto XVI, necesita tener unos portales a
través de los que se puede acceder a la verdad y a la fe, de la misma
forma que existen portales para acceder a cualquier otro ámbito del
interés humano. Su ausencia pondría de manifiesto la incapacidad de los
creyentes para estar presentes en esta plaza pública de igual a igual y
limitaría el acceso a la verdad, y en el fondo a su realización, a una
multitud creciente de personas que en ella viven, disfrutan, se forman y
se informan.
Para que esto no ocurra, por un lado “las redes sociales deben
afrontar el desafío de ser verdaderamente inclusivas: de este modo, se
beneficiarán de la plena participación de los creyentes que desean
compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la dignidad humana que
promueven sus enseñanzas”. Al mismo tiempo, por otro lado, los
cristianos deben trabajar para estar presentes en las redes sociales
poniendo de manifiesto su autenticidad “cuando comparten la fuente
profunda de su esperanza y de su alegría: la fe en el Dios rico en
misericordia”.
Nuevos espacios para la nueva evangelización
Cuando el beato Juan Pablo II desarrollaba su idea sobre la necesidad
de una nueva evangelización señalaba que ésta consistía en “hacer que
la verdad sobre Cristo y la verdad sobre el hombre penetren aún más
profundamente en todos los estratos de la sociedad y la transformen”. En
aquel tiempo no habían surgido todavía dos nuevas realidades en los que
hoy se mueve la vida de cientos de millones de personas: el de internet
y el de las redes sociales, que es ampliación del primero pero con unas
características propias y muy definidas. Son ciertamente ámbitos nuevos
en la vida de las personas pero son también lugares en los que se hace
precisa una nueva evangelización, no ya porque los efectos de la primera
hayan quedado diluidos por el paso del tiempo, sino porque ciertamente
éste es hoy un nuevo escenario en el que se debe realizar una primera
evangelización. En él se ha de hacer presente la verdad de Cristo y la
verdad del hombre.
Esa primera evangelización del universo digital la llevan a cabo ya
pioneros de la evangelización digital, cuyo espíritu es el mismo que
animó la misión de san Francisco Javier en Japón, de san Galo en Suiza,
del beato José de Anchieta en Brasil o de san Daniel Comboni en África.
Igual que ellos, los que anuncian el Evangelio en la red, auténticos
misioneros, se sienten urgidos por las palabras del Señor, “id al mundo
entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16,15).
Es verdad que esta nueva evangelización, en su sentido más original,
implica a toda la Iglesia, pero no es menor verdad que no implica de la
misma manera a todos sus miembros. Son necesarias, al igual que en las
evangelizaciones de los continentes, las capacidades y disposiciones que
tuvieron aquellos misioneros y la vocación confirmada en la Iglesia,
pero también se hace necesaria la capacidad técnica, tecnológica y de
lenguaje para cumplir con éxito esa misión. En cualquier caso hay que
estar presentes en esos portales, en esas misiones, en la plaza pública
creada por las redes sociales; cada uno en su lugar, algunos como
misioneros, otros como pastores, y todos con la oración, podemos
colaborar en esa misión.
Del mundo digital al encuentro personal
La misión de la Iglesia, que prolonga la misma misión de Cristo, es
la de anunciar y celebrar la salvación del hombre por medio de
Jesucristo. En las redes sociales, esa misión tiene ya una presencia
consolidada y creciente en el ámbito del anuncio del kerygma cristiano,
de la predicación, de la catequesis y de la enseñanza de la doctrina.
Numerosos laicos, religiosos, sacerdotes y obispos están presentes para
anunciar el Evangelio por medio de blogs, podcasts, o vídeos, a través
de facebook, youtube, twitter o cualquiera de las otras redes nacientes.
Ahora bien, la misma estructura digital puede suponer una oportunidad y
una limitación para la evangelización. Las ideas, los debates, las
enseñanzas se suceden con velocidad en la red, mientras que la
evangelización precisa de un encuentro personal con Cristo en la Iglesia
que las redes no pueden suplir. Por eso, es necesario ser conscientes
de que, tras el encuentro digital, es preciso el encuentro personal; y
que el primero no encuentra pleno sentido ni cumple su misión sin el
segundo.
Se hace necesario un esfuerzo de toda la Iglesia para ofrecer, a
quienes se encontraron con ella mediante la red, una comunidad en la que
madurar, completar y celebrar lo que se ha conocido digitalmente. En el
fondo se trata de crear una red de personas de Iglesia, de comunidades,
de grupos, y de espacios físicos en los que acoger a quienes han
conocido por la red el Amor de Dios y quieren celebrarlo, dando el salto
desde el mundo digital al encuentro personal.
No es esta misión para un solo día. Habrá que contemplarla con la
serenidad y la profundidad que aporta la experiencia de la Iglesia. No
se trata de grandes gestos, de solas palabras o desproporcionadas
inversiones, sino del trabajo realista de cada uno, en su lugar, con sus
capacidades y posibilidades. Los pequeños pasos de muchos, también en
este ámbito, fructificarán en el futuro en una presencia de la Iglesia
en la red para ayudar al hombre a hacerse más hombre, según el misterio
total de la persona de Jesucristo.
Agradecimiento a los comunicadores
Al celebrar esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales,
también es necesario agradecer el trabajo de los comunicadores en todos
los ámbitos. La situación social está provocando graves quebrantos y
dramas, personales y colectivos, en su labor. Su importante misión de
acercar al hombre a la verdad de lo que ocurre se ve limitada muchas
veces por las consecuencias de una crisis económica que afecta
notablemente a este sector.
Y, junto al agradecimiento, nuestra oración al Señor pidiendo que nos
ayude a encontrar los caminos para salir de esta situación que
repercute gravemente en el bien común, al que los comunicadores están
llamados a servir. Que Él bendiga sus trabajos para que nos lleven a la
verdad, belleza y bondad del hombre, reflejo de la Verdad, Belleza y
Bondad de Dios.
Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Joan Píris Frígola. Obispo de Lleida, Presidente
Miembros:
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Joan Enric Vives Sicilia. Arzobispo y Obispo de Urgell
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Antonio Montero Moreno. Arzobispo Emérito de Mérida-Badajoz
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Cecilio Raúl Berzosa Martínez. Obispo de Ciudad Rodrigo
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Ignacio Munilla Aguirre. Obispo de San Sebastián
Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Ginés Ramón García Beltrán. Obispo de Guadix
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