El
director de la Oficina de Prensa del Vaticano, ha resumido los actos finales
del Cónclave. “Si un cardenal consigue los dos tercios -la mayoría
solicitada- el cardenal Decano de la asamblea, en este caso el cardenal
Giovanni Battista Re, pregunta al elegido: “¿Aceptas tu elección
canónica como Sumo Pontifice? Y una vez recibido el consentimiento le
pregunta: “¿Con que nombre quieres ser llamado?”. Entonces el Maestro de
las Celebraciones Litúrgicas Pontificias actuando como notario y
teniendo como testigos a dos ceremonieros que serán llamados en aquel
momento levanta acta de la aceptación del nuevo pontífice y del nombre
que ha tomado. Se procede entonces a quemar las papeletas para la
“fumata” blanca.
Acto seguido el nuevo Papa se viste en la llamada
“Estancia de la lágrimas”, quizás por la emoción del momento. Cuando
vuelve se da lectura a un pasaje del Evangelio ligado al ministerio
petrino, se reza brevemente y los cardenales desfilan, uno por uno, ante
el nuevo pontífice felicitándole y prometiéndole obediencia.
El Papa y
los cardenales entonan juntos el Te Deum. “En este cónclave hay una
novedad - ha señalado Lombardi- el Papa antes de salir al balcón para
saludar a la multitud, pasa desde la Capilla Sixtina a la Paolina para
rezar sólo unos momentos ante el Santísimo Sacramento.
Después del
anuncio del protodiácono, como es habitual, se asoma al balcón y, junto
con el saludo da la bendición “Urbi et Orbi”.
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