A mediodía de esta viernes se celebraron los principales actos de la fiesta de S. Juan de Dios, en el centro hospitalaria del mismo nombre. El vicario general, Antonio Pérez Morales, presidió la Eucaristía en la capilla del hospital, en la que estaban presentes los miembros de la Órden Hospitalaria, además de los profesionales, voluntarios y usuarios del centro. También participaron en la Misa miembros del Consorcio de bomberos de Tenerife y del Colegio de enfermeros.
En la homilía, Pérez se preguntó qué había ocurrido en el santo que festejamos para pasar de llamarse Juan ciudad a Juan de Dios; para pasar de hacerse loco a vivir una locura de amor,;para armonizar la prioridad de la fe, desde el primado de la caridad. El vicario se respondió afirmando que el encuentro con Jesucristo (con su Palabra, la Eucaristía, la oración) y el encuentro cara a cara con personas que sufrían, supusieron un serio cambio en la vida de un inquieto ser humano, uno de cuyos lemas más conocidos es: hagan el bien, por su propio bien; háganse bien, dando limosna a los pobres. En este sentido enfatizó el celebrante la afirmación conciliar de que "el ser humano encuentra la plenitud en la entrega sincera de si mismo a los demás".
Armonizar la fe y la caridad, que supone no solo dar de lo que nos sobra, e incluso de lo que necesitamos, sino que en su más alto grado suponer "darse, darnos, hasta las últimas consecuencias, hasta la extenuación, como Juan de Dios" - dijo- Después de la eucaristía se pudo inauguar una exposición y se participó en un ágape fraterno.
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